OPINIÓN    

En busca de un futuro más llevadero

Severo Cruz



Los tiempos cambian, los hombres y los discursos también. Ningún elemento social permanece intacto ni sempiterno. Todo está sujeto a un proceso de transformación.

Hemos soportado en los últimos meses el cambio climatológico, cuyas fuertes precipitaciones pluviales ocasionaron desastres en diferentes regiones del país. En este marco, 250 niñas y niños de los municipios de Tiquipaya y Chimoré, afectados por aluviones e inundaciones, retornaron a clases con mochilas escolares, denominadas “Un Nuevo Sol”, donadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Aquéllas contenían cuadernos, libros, lápices, bolígrafos y otros materiales. He ahí un signo de solidaridad.

De veras que vivimos tiempos de cambio. Hemos asistido, en este contexto, a la estrepitosa caída de los “ídolos de barro”, en el penúltimo mes del pasado año. Aclamados y endiosados, por sus acólitos, habían medrado y dilapidado, en el Poder, los ingentes recursos económicos que generaba, en su tiempo, la exportación de las materias primas. La detonante para que aquello ocurra fue el mega-fraude del 20 de octubre de 2019, montado con fines de perpetuarse, en el gobierno, desconociendo la forma de alternabilidad, mediante mecanismos legales y transparentes, en Democracia. Hecho que provocó reacciones adversas, interna y externamente. Los autores, materiales e intelectuales, se dieron a la fuga o buscaron asilo en alguna embajada. Así terminó un ciclo, para dar paso a otro nuevo.

La brisa del cambio ha iluminado el pensamiento político de hombres y mujeres. Por lo tanto, otros protagonistas, cívicos en su mayoría, lideraron multitudes en calles, avenidas y plazas, con el único objeto de recuperar la Democracia y libertad, manipuladas por intereses partidarios. Lo hicieron con ideas e ideales renovados, en la búsqueda de un futuro mejor, por el bien común. Pero siempre ha rondado la ingratitud, que desconoce y minimiza hechos inéditos de esta naturaleza. El encono político destruye todo un pasado histórico. Quienes gestaron la caída del autoritarismo parece que estuvieran en el olvido o son objeto de ataques de gente interesada.

Han surgido, asimismo, discursos con un contenido de reconciliación, de paz y amistad, en la perspectiva de integrar y unir a la familia boliviana. Es que estamos viviendo una época difícil y delicada, donde predomina el propósito de celebrar elecciones en mayo venidero, de cuyo verificativo surgirán los nuevos gobernantes. Para ese efecto el país requiere de tranquilidad social.

Pero los discursos belicosos y desestabilizadores aún se propagan en concordancia con instrucciones de los depuestos. Una actitud intimidatoria que va en contra la ciudadanía. El afán es atemorizar y convulsionar al pueblo boliviano, con fines siniestros.

En suma: lo bueno es que bolivianos y bolivianas estamos avanzando en busca de un futuro más llevadero sin dar cabida al pasado aciago.

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