OPINIÓN    

Huanuni: a catorce años del enfrentamiento entre mineros

Ramiro Ramos Andrade



La llamada capital del estaño boliviano, Huanuni, aparte de ser un tradicional centro minero se caracteriza por tener una sociedad pacífica, laboriosa y alegre.

Pero algo falló aquel fatídico 5 y 6 de octubre de 2006 en el que dos bandos de mineros o "khoyanchos" que desarrollaban sus tareas en las entrañas del Khoya Orcko o cerro Posokoni se enfrentaron.

Pero contextualicémonos: luego de la relocalización del 1986, en la que Huanuni quedó convertida en algo así como una ciudad fantasma, y que si bien algunos se quedaron, tuvieron el coraje de aguantar laborando el estaño pese a su ínfimo precio en los mercados internacionales.

Luego fue repoblándose paulatinamente con gente llegada mayormente de las minas del Norte Potosí, debido al agotamiento de las vetas de sus centros mineros, (Llallagua, Uncía, Catavi, entre otros) y de recuperarse el precio internacional del metal de diablo, se crearon las hoy inexistentes cuatro cooperativas: La Salvadora, Libres, Karazapato y Playa Verde.

De manera silenciosa empezó a generarse una especie de "guerra fría" por la posesión de más áreas de trabajo, ya que los huanuneños, que en su mayoría dependían de la Empresa Minera Huanuni en un número de 800 trabajadores, mientras que las cuatro cooperativas llegaron a reunir a unos cuatro mil trabajadores aproximadamente, el Posokoni estaba dividido en dos partes a la altura del nivel 200.

Y recordando la candidatura de Evo Morales el 2005, éste se alió a los cooperativistas prometiendo darles más áreas de trabajo a cambio de votos y, por supuesto, no cumplió.

Esa mañana de octubre 5, según cuentan algunos amigos ex cooperativistas, fueron convocados a una asamblea general de las cooperativas en la bocamina de Dolores, donde decidieron avasallar el área correspondiente a los trabajadores de EMH, entrando a dichas instalaciones por las cercanías de la bocamina Patiño, éstos no se dejaron avasallar, respondieron con lo que tenían a mano, y los hicieron retroceder, replegándose los cooperativistas a las alturas del cerro Posokoni.

Ya difundido a nivel nacional este enfrentamiento fratricida, veíamos muchísimos heridos, colapso del hospital del pueblo, se vivía una psicosis total.

El Gobierno nada hizo para detener dicho conflicto durante el día, incluso, el Segundo Mandatario en su impotencia se ofreció a "regalar ataúdes para los muertos", sólo por la noche llegó una comisión que se reunió con los dirigentes de ambos bandos antagonistas en la catedral de Huanuni, pero sin resultados. Amanecimos ese 6 de octubre con dinamitazos por doquier, los terribles "llantazos", -llantas cargadas de dinamita y "anfo"- con mecha encendida que descendían desde las alturas del Posokoni lanzados desde el camino a Llallagua con el fin de destruir la infraestructura de la EMH, temor, marchas pidiendo la paz, llanto de niños y muchas cosas más.

Y recién ese viernes 6 cerca al medio día ingresaron a Huanuni -eludiendo la entrada principal de la Av. 16 de julio donde se encontraba la Ferecomin (Federación Regional de Cooperativas Mineras de Huanuni)-, 500 policías; el paulatino retorno a la calma, sin embargo aún con tensión ya que los cooperativistas reunificados hacían vigilia en sus galpones amenazando con reiniciar los enfrentamientos.

El resultado, más de una decena de muertos y muchos heridos, huérfanos, viudas, aún hoy recuerdo al hijo de la señora que desapareció por completo debido a una explosión en el mercado de Dolores, de la cual sólo encontraron sus trenzas mientras su hijo deambulaba sin consuelo buscando una explicación que nadie le daba.

Luego de la pausa, los "coopes" amenazaban con reiniciar sus acciones temerarias con sendas reuniones en sus depósitos, incluso en las cercanías de Duncan y su posterior reagrupación en Cataricagua, donde realizaban asambleas con asistencia masiva de dichos trabajadores del subsuelo.

Los cooperativistas a regañadientes accedieron a incorporarse a la nueva Empresa Minera Huanuni creada con el decreto 28.901 haciendo un total de 5.000 trabajadores aproximadamente, pero un grupo de ex "coopes" que no entraron a dicha remozada empresa quedaron desempleados a los que el Gobierno en un afán puramente sensacionalista ofreció trabajo en Santa María, El Mutún, quedando todo esto en palabras, y más muertos cuando se enfrentaron con los comunarios de Huaylluma. Además que siendo estos ex cooperativistas reprimidos cuando fueron a La Paz a reclamar por el cumplimiento de las promesas del Gobierno.

Hoy la coyuntura es totalmente diferente y simplemente se ve que se hizo mucho, pero paradójicamente se puede decir que no se hizo nada, pues parece ser que la historia se repetirá con esta nueva crisis internacional de precios de las materias primas, mientras el Ministro de Minería, a última hora, y de manera improvisada, trata de que el impacto de la baja en la cotización del estaño no sea fuerte.

El autor es ex Oficial de Culturas del Gobierno Municipal de Huanuni.

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