Por: Eduardo Kucharsky Asport
“Quien no endereza los comportamientos torcidos pronto se vuelve víctima de los mismos”. Eduardo Kucharsky Asport
La mayor parte de los seres humanos hemos pasado por la experiencia llamada sufrimiento.
En el caso de los papás que tienen hijos con serios problemas en la vida y con una inmadurez que al parecer no tendría un final definido, la opción automática llega a ser el sufrimiento constante, profundo e hiriente que va disminuyendo la positividad, la alegría y muchas otras emociones positivas que están presentes cuando todo en la vida está bien.
Nadie merece vivir en este infierno de emociones negativas y sobre todo nadie merece el sufrimiento por los hijos que parecen no darse cuenta del sufrimiento de sus progenitores ni de la intención positiva que tienen demostrando esa ignorancia tratando a sus padres, en muchos casos como si fueran sus enemigos.
Uno de los principios prácticos de la Programación Neuro Lingüística es el siguiente: “si algo que está haciendo no funciona, haga otra cosa y repita el proceso hasta encontrar algo que sí funcione”.
Cuando los hijos se han vuelto tiranos y exigen dinero sin hacer nada digno y significativo por el progreso y avance del hogar y rompen todas las normas que hay en la familia, es que ha llegado el tiempo de aceptar que hay un tirano en la familia que es como un monstruo gigante al que hay que poner en su lugar pues ni trabajan ni estudian ni produce y sólo quiere hacer su santa voluntad, aprovechando para despreciar y maltratar a los progenitores que con tanto amor han dado todo su fuerza y lo mejor de sí para sacar adelante a dicho sujeto.
Los papás que atraviesan por alguna situación parecida o semejante deben tomar conciencia de que deben recuperar su autoestima y su dignidad interna para perder el miedo al tirano y hacer un plan para ubicarlo en el lugar que le corresponde estar.
No es tarea fácil pues los tiranos relacionales se hacen fuertes y chantajistas; sin embargo, el dinero sigue saliendo de los papás y si no se les da, arman el lío del siglo, logrando de esta manera salirse con la suya una vez más hasta que uno de los progenitores decida comenzar a fortalecerse día y noche, de manera discreta, con sus propias palabras, hasta que pueda hacer frente al tirano y ponerle las cosas claras, ¿se puede? Sí se puede y siempre se va a poder.
Debe analizar el problema en un estado de concentración en un lugar donde no sea molestado ni interrumpido; debe tener una visión global del problema y luego hacer un plan para que, paso a paso, las conductas, acciones y actitudes vayan volviendo a la normalidad; después debe escribir su plan y proceder a crear un cuadro mental de ensayo para informar al hijo descarriado acerca de sus primeras decisiones tomadas como jefes y conductores del hogar y después, se debe hacer cumplir esas decisiones poco a poco asegurándose de que esos cumplimientos sean consistentes y de esta manera se podrá ir enderezando la nave de nuestro hogar para arrectar lo que tan torcido llegó a estar.
Esperando que estos breves consejos le sean útiles y les sirvan de alguna orientación, le invito a la lectura de todos los artículos que se publican en su periódico preferido EL DIARIO, nos vemos en el artículo de mañana.
Afirmación del día: “Las lecturas de calidad aumentan la calidad personal”.
Nota importante: Los programas de cambio y mejoramiento de las conductas de treinta días producen personas positivas y sensatas capaces de responsabilizarse de sus vidas y de sus estudios.
Si desea tener una conversación con el autor o una consulta acerca de cualquier problema, llame a los teléfonos del encabezado desde las 8.30 de la mañana (2488284 – 72513317), los problemas sólo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.
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