Ciudad del Vaticano, (EFE).- El papa Benedicto XVI apostó ayer por que en Siria se lleve a cabo un diálogo “fructífero” entre los actores políticos, favorecido por la presencia de “observadores independientes”, para que se ponga fin “rápidamente al derramamiento de sangre”.
El pontífice abordó ayer los principales temas de la actualidad internacional durante una audiencia con miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano, a quienes transmitió sus mejores deseos para el año que empieza.
“Siento una gran preocupación por la población de los países que sufren todavía tensiones y violencias, en particular Siria, en la que espero que se ponga rápidamente fin al derramamiento de sangre y se inicie un diálogo fructífero entre los actores políticos, favorecido por la presencia de observadores independientes”, dijo el papa.
“En Tierra Santa, donde las tensiones entre palestinos e israelíes repercuten en el equilibrio de todo Oriente Medio, es necesario que los responsables de estos dos pueblos adopten decisiones valerosas y clarividentes en favor de la paz”, agregó.
Benedicto XVI se refirió además a las revoluciones populares del norte de África y Oriente Medio, en cuyos “fermentos” situó la “incertidumbre” que acusan los jóvenes.