Rinconcito Literario
Por Liliana Perusini
En esta inmensidad,¿qué vengo a ser?
–dijo una gota de agua transparente,
cayendo desde lo alto del espacio
al seno del océano mugiente–
En esas nubes de topacio y grana
que abandoné siguiendo caprichosa
al aura inconsecuente, yo he brillado
como el claro diamante de una diosa.
“Y ahora, aunque la hija soy de aquellas nubes,
mi existencia será desconocida
más aún que la de la hoja que el mar lleva
entre sus crespas olas sumergidas.....”
Pero Dios, que recibe toda queja,
Dios que consuela, lleno de ternura,
los pesares y todos los dolores,
que nacen sin reproches mi amargura,
permitió en su bondad omnipotente,
que aquella gota pura y temblorosa
en el tranquilo fondo de los mares,
fuese una perla nítida y hermosa.
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