Dialéctica sexual

Los jóvenes de hoy reciben un inclemente embate de los medios audiovisuales y escritos en cuanto a las experiencias sobre el sexo. Como efecto natural o resultado de esa incontrolada información se infiere que ésta debe ser canalizada por los padres a través del diálogo.

Los hijos se preguntan e inquieren a sus padres sobre su primera experiencia sexual. Aquí es muy importante identificar el punto de inflexión para decidir en el acto el acercamiento de los hijos y padres hacia la dialéctica de un tema inevitable. Los padres deben escuchar cuidadosamente los interrogantes de sus hijos, preservando la franqueza y la apertura a narrarles sus propias experiencias para inspirar confianza y entrega mutua al dialogo. Por qué y cómo son preguntas que respondiéndolas naturalmente servirán de medición del conocimiento sobre el sexo, de los padres y de los hijos y si están bien encaminados y ausentes de influencia externa o de terceros, pues normalmente por esta última vía el aprendizaje es deformado en relación con esta primordial función de vida.

Se debe puntualizar que es natural el deseo sexual intenso en la adolescencia y juventud, adquiriendo la plena madurez en la edad adulta, orientando sabiamente sobre la evolución del sexo en el decurso de la vida, para no apresurarse en las vivencias, las cuales deben ser inherentes al amor y no por el prosaico placer.

Ahora la modernidad obliga a los padres a esclarecer sobre las enfermedades venéreas y el SIDA dialogando animadamente sobre el uso correcto y necesario del preservativo y anticonceptivos para que tomen conciencia sobre el método elegido de prevención. En lo tocante al SIDA se debe dialogar ampliamente por tratarse de un virus que acaba con la vida y si se tiene la desgracia de infectarse, un apoyo psicológico es adecuado y recomendable para evitar la ansiedad y depresión de sentirse víctimas, por el paroxismo y pavor que puede causar la proximidad a la muerte.

Después de este ejercicio del diálogo que rompe las barreras de la inseguridad y los temores de tratar el tema, queda impronta la preocupación latente sobre el tema que desinhibe los diálogos frecuentes.

El autor es Abogado Corporativo, postgrado en Arbitraje y Conciliación.