Buenos Aires, (EFE).- Los argentinos padecen estos días una agobiante ola de calor que ha llevado a las autoridades a declarar el “alerta amarilla” y pedir que se extremen las precauciones, mientras la falta de lluvias genera una severa sequía que afecta las cosechas.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) renovó ayer el “alerta amarilla” que rige desde el lunes ante las extremas temperaturas que azotan a la capital argentina y sus alrededores, y que se agravan ante la alta humedad de Buenos Aires.
Los pronósticos del SMN estiman además que las temperaturas se acercarán, al igual que el lunes, a los 40 grados, aunque la térmica (medición que tiene en cuenta la humedad) superará nuevamente esta cifra.
En el centro y norte del país las temperaturas llegaron a superar los 40 grados en las provincias de Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca.