Pasajeros de flotas y choferes pelean por un puesto para la revisión de sus documentos en Migración. La odisea empieza desde Patacamaya hasta Tambo Quemado y luego en el lado chileno de Chungará nadie permite ni siquiera el paso de una fruta.
Oruro, (EL DIARIO).- Los deficientes servicios de Aduana, Migración y Tránsito; además de la falta de educación de algunos conductores causan caos y estrés a los pasajeros y a la población de Tambo Quemado. Los conductores del transporte pesado y liviano exigen celeridad en la revisión de sus documentos, porque quedarse varados en la frontera representa una pérdida de tiempo y recursos, mientras que los puestos fronterizos carecen de sistemas de atención oportunos para realizar este trabajo con inmediatez.
Según los pasajeros, que se tropiezan con los choferes de camiones, éstos no muestran educación para cumplir las normas establecidas en la frontera y pretenden pasar a toda costa, sin esperar su turno. El ajetreo es intenso, para entrar a las oficinas de la Aduana, Migración, Narcóticos y Tránsito. Cada uno quiere pasar la frontera lo más rápido posible, pero las filas son largas. A veces, hay peleas y entredichos con palabras fuertes.
Los carabineros chilenos en Chungará, envían a los choferes bolivianos al Tribunal, para su captura y para su sanción. No hay perdón, sino la aplicación de sanciones drásticas y su detención, de acuerdo a las determinaciones del tribunal. Primero se cumple la sanción y después se debe hacer otra fila, desde el último lugar para pasar la frontera.
En cambio, los choferes reconocen que efectivamente “hay algunos malos conductores, pero todo ese problema ocurre, como consecuencia de los servicios deficientes que prestan las instituciones del Estado, donde hay que hacer largas filas para ingresar a cada una de las oficinas”.
“Todos salimos con stress, porque en algunos horarios determinados, cuando llega una flota con 50 pasajeros, tenemos que esperar que primero sean atendidos ellos y después los choferes. Ahí ocurren los problemas. Hay malos transportistas, pero no todos son así”, afirmó el presidente de la Cooperativa de Transporte Pesado Mejillones, Juan Robles Vergara.
Para ingresar a Migraciones, los pasajeros de flotas tienen preferencia y los choferes están por detrás. “Todos nos juntamos al mismo tiempo. Hay una trancadera. Todos estamos apresurados para pasar la frontera. Unos se adelantan más que otros, unos caminan más rápido que otros”, dijo Pascual Quiroga.
Los transportistas se desesperan por pasar la frontera, porque “quedarse en ese lugar inhóspito, donde no hay alimentos ni alojamiento, dormir en los camiones es casi imposible. Por las noches existen ventarrones que golpean a los camiones, tratando de voltearlos. Por eso, nadie quiere pasar la noche en la frontera”, afirmó Leoncio Pocomani.
La odisea para los transportistas, empieza en Patacamaya, por el control riguroso que hacen los funcionarios de la Aduana y del Ejército. Se revisan incluso los tanques de diesel y, en algunas ocasiones, cuando un militar duda, “hace vaciar todo el tanque, para controlar si existe diesel u otra sustancia”.
“Nadie está en desacuerdo con el control. Tienen derecho a controlar, pero cuando hay exageraciones, sólo en vaciar el tanque de diesel, se pierde por lo menos media hora. Hay funcionarios del Ejército que entran a revisar el dormitorio con los calzados con barro o están mojados”, dijo Robles.
Hacia el lado de Chile, por el excesivo celo funcionario, “no se deja pasar ni siquiera una fruta menos un pollo, que se compra para la alimentación; uno tiene que digerir esos alimentos a la rápida, para no perder el alimento ni el puesto de control”.
Cuando hay una trancadera de 300 camiones con carga, también ocurren accidentes y se aplican las sanciones económicas. En una fila de esa naturaleza, hay choferes malos, que están desesperados de pasar la frontera. El funcionario de Tránsito que se encuentra de turno, aplica la multa, sin escuchar reclamos. En el lado de Chile, para la revisión de la mercadería, hay un pequeño parqueo que alcanza apenas para 10 camiones. Las maniobras son complicadas y siempre ocurren accidentes.
El peor momento para pasajeros y transportistas, empieza a las 11:00 horas, cuando empiezan a llegar las flotas y más aún cuando “se cae el sistema” y en el lado boliviano y en el lado chileno “se paraliza todo y uno empieza a pensar en que se debe quedar a pasar la noche en Tambo Quemado (Bolivia) o Chungará (Chile)”.
“Quedarse una noche en ese lugar, es lo peor”, afirmó Leoncio Pocomani. El frio es intenso y no se puede dormir. “Por ese motivo, a veces hay reacciones de los transportistas, para exigir atención rápida y la revisión inmediata de la mercadería. El viento es tan fuerte, que hace mover el camión”, agregó.
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