Nueva agenda del Gobierno

Como quiera que la Agenda de Octubre no fue cumplida por el gobierno de Evo Morales Aima, su entorno diseñó una cumbre social que, en nuestro concepto, no fue MÁS que una cumbre societaria por el hecho de encontrarse conformada por funcionarios públicos que aglutinan a gobernaciones, municipios, cocaleros, cooperativistas mineros, y una pequeña parte de microempresarios, donde la ausencia de la fuerza de trabajo productiva ha sido significativa.

Me refiero a la Central Obrera Boliviana (COB), que es precisamente el instrumento político sindical de esa fuerza de trabajo, cuya ausencia ha estado sustentada en el criterio reformista de la denominada cumbre social. Decimos reformista, porque es la imagen de un post neoliberalismo puro que nada tiene que envidiar al neoliberalismo del pasado, cuya vigencia se observa en la estructura económica del actual sistema, amén de ser el pionero de las improvisaciones que finalmente confluyen en errores insalvables por parte de Evo Morales y su entorno.

En cualquier Estado o República lo más importante es el referente a la productividad, cuyo movimiento busca por encima de todo un crecimiento económico estable y un avance permanente del bienestar humano, y quienes son los verdaderos actores son los directivos, los trabajadores y los consumidores. Ambos, trabajo y dirección deben tener el valor de hacer frente a la realidad y de marchar hacia cambios radicales, pese a las dificultades que podrían presentarse, pero pensando en las oportunidades de los próximos años, sobre metas e ideales de cualquier movimiento, hacia los que hacer ondear la bandera del mismo.

Los fundamentos filosóficos de la productividad son el respeto al papel principal del ser humano en la economía y en la consecución del bienestar. La productividad se relaciona estrechamente con las interacciones que tienen lugar entre el hombre y la naturaleza y entre diferentes seres humanos en una actividad económica. El capital, la tierra y la técnica sirven como medios de producción; y entre ellos el trabajo, de modo que una empresa no es otra cosa que una forma de trabajo asociado y cooperativo.

La mejora de la productividad se despliega a partir de nuestra conciencia y reconocimiento de que así es la existencia humana. De este modo la filosofía y la conciencia de la productividad tienen un significado universal que trasciende el tiempo, la sociedad y la historia. Se trata de la fuerza que impulsa todas las actividades humanas.

Ahora bien, dos son los conceptos de productividad: uno es el tecnológico y el otro es el concepto económico social, y ambos no se excluyen entre sí, porque el concepto económico social de productividad es de orden más elevado que el tecnológico, porque aquél considera factores como la calidad de vida, el bienestar laboral y la armonía con la naturaleza.

El movimiento de mejora de la productividad y sus objetivos tiene tres principios-guía como: empleo estable y expansión de las oportunidades de empleo; cooperación y consulta entre trabajo y empresa y distribución leal de los frutos de la mejora de la productividad.

Estos tres principios-guía mantienen una significación original. Empleo estable y expansión de las oportunidades de empleo conducen, evidentemente, a unas amistosas y estables relaciones entre trabajo y empresa.

Por lo que se conoce, la denominada cumbre social o societaria organizada por el MAS, infelizmente no se ha detenido en el análisis doctrinal de lo que se debe entender por productividad, sino que se ha limitado simplemente al problema del TIPNIS, para lo que ha utilizado a los funcionarios públicos que mencionamos en la introducción a esta nota, así como a la pretensión de abrogar la Ley de Imprenta y diseñar un instrumento jurídico, aun a sabiendas de que estaría atentando contra la propia Constitución Política diseñada por ellos, y los pactos internacionales a los que Bolivia se encuentra adherida y consiguientemente son de cumplimiento obligatorio, so pena de recibir sanciones a nivel internacional.

Por otra parte, los propios masistas son protagonistas de la crisis interna que se está presentando en su interior, cuando observan tibiamente a algunos de los componentes del equipo ministerial que acompaña a Evo Morales, porque consideran que se han constituido en simples protagonistas del “entrismo” para lograr el fracaso del denominado proceso de cambio. Nada se ha dicho sobre el tema salarial que será una suerte de bomba de tiempo a futuro y que puede degenerar en un mayor debilitamiento del actual sistema de poder.

Finalmente, ¿que modelo fluye después de aquella reunión de “compañeros”? ¿Será posible una nueva Ley de Inversiones? ¿Y qué pasa con el problema lacerante del narcotráfico y de la coca? ¿Cuál es el destino del desafío lanzado por Evo Morales el pasado 23 de marzo en relación con la recuperación de nuestras costas marítimas en el Pacífico? ¿Por qué no se analizó el problema de la política internacional? ¿Y qué pasa con la representación diplomática del país? ¿Y la industrialización de los recursos naturales? Ojalá se dé respuestas a estos interrogantes.

(El ejercicio del poder corrompe y su sometimiento degrada).

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