Paradójico: pobres despilfarran recursos

El desprestigio creciente del presidente Evo Morales en la conducción de la nave del Estado es resultado de la acumulación de muchos factores negativos, de garrafales errores cometidos en el plano económico, político y social, incubados por supuesto en el seno mismo de su entorno palaciego, dando la impresión de que los asesores estuvieran abrumados por la retórica engañosa y las “metidas de pata” del mandamás de turno.

De la falta de sinceridad y la inconsistencia ideológica del Gobierno colegimos algunos de los errores que causan preocupación colectiva, porque no cuajan en la conciencia nacional, por ejemplo:

El falaz antineoliberalismo que propugna el presidente Morales está destinado a distraer y paralogizar el criterio ciudadano, porque no refleja la realidad de los hechos ni existe compatibilidad entre la teoría y su vocación neoliberal. La prueba más clara de ello es aquel impopular Decreto Supremo No. 748 (derogado), denominado “gasolinazo”, que puso en aprietos a las mayorías empobrecidas del país y que coincide con los principios básicos del neoliberalismo actualmente en vigencia (igualdad de precios, libre competencia, etc.).

La legalización de automotores usados, contaminadores del medio ambiente, internados a Bolivia vía contrabando es un craso error.

La futura compra caprichosa e inconsulta del satélite “Túpac Katari”, con un costo de 300 millones de dólares, más otras erogaciones millonarias para su puesta en marcha, constituye una compra prescindible porque no contribuirá a reducir el hambre y la extrema pobreza de la población; lo ideal hubiera sido destinar tales recursos a salud, vivienda, educación, etc.

La defensa de la madre Tierra y del medio ambiente propugnada nacional e internacionalmente por el presidente Morales quedó sepultada con el caso “TIPNIS” que alcanzó dimensiones inauditas por la insensibilidad y brutal represión a los marchistas.

Hambre extrema

La pobreza y carencia de alimentos es cada vez más dramática, no hay seguridad para restablecer la producción, fuentes de trabajo, inversiones, etc., que permitan cubrir las necesidades apremiantes de la población. Actualmente Bolivia vive comprando y consumiendo alimentos importados.

La Organización para la Agricultura y Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) informa que “2,9 millones de personas en Bolivia padecen de hambre extrema, dato demoledor con niveles alarmantes de hambre” (EL DIARIO 21-9-2011).

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) informa que “durante el primer semestre enero-junio 2011 se importó 503.000 toneladas métricas de alimentos (trigo, maíz, harina)”, (EL DIARIO, 30-9-2011).

Como contrapartida a la hambruna imperante en Bolivia, la producción de coca se ha incrementado desmesuradamente, orientada al narcotráfico (casos de las hermanas Terán, el “narco amauta”, Mejillones, narco general Sanabria, etc.). Filemón Escóbar, ideólogo fundador del MAS dijo: “Evo Morales se salvará a sí mismo y al país erradicando toda la coca del Chapare; la hoja del trópico está liquidando a Evo Morales”, etc. (La Razón 1-1-2012).

Paradójico: pobres regalando víveres

Bolivia, país considerado el más pobre de América del Sur, se ha dado el lujo de donar, a través del presidente Morales, miles de toneladas métricas de arroz a Venezuela, Cuba y Haití, so pretexto de solidaridad, sin que las mayorías depauperadas del país se hubieran opuesto a este despilfarro de recursos (EL DIARIO 10-7-2011). A estas decisiones desafortunadas se suman los viajes de placer deportivo (a África y Argentina), cuyos gastos significan malgastar dinero del Estado.

Al concluir, el Gobierno debe reflexionar y evitar más errores con sabiduría, honestidad, responsabilidad y humildad, con la premisa de prever antes que lamentar.