Víctor Hugo Chávez Serrano
Son cada día más frecuentes las críticas internas en Chile respecto a la postura asumida por la Cancillería del Mapocho y su política de “Intangibilidad del Tratado de 1904”, acompañada últimamente por afirmaciones de matonaje internacional, como el anuncio de empleo de las fuerzas armadas en caso de que se lleve la causa boliviana a la Corte de La Haya.
Resulta más que subjetivo el hecho de que el ex candidato presidencial Enriquez Ominami asuma una postura frontal respecto a que se hizo evidente que la negociación denominada Agenda de los 13 Puntos era en realidad una política distraccionista y dilatoria ejercitada por la Cancillería chilena que en realidad no quería (ni quiere) abordar el tema de la salida soberana de Bolivia al Pacífico y que ante tanta dilación se haya optado por el anuncio de acudir a los tribunales y organismos internacionales.
Este por tanto el punto de inflexión: Anunciar que Bolivia interpondrá una Demanda ante la Corte de La Haya. Ha sido el simple anuncio el hecho detonante de un tsunami diplomático en Chile, que jamás había expresado estar preparada para resolver el diferendo, ya no por la vía de la eterna negociación, como invitado, sino en la vía de acudir al banquillo de acusado como demandado.
Este es verdaderamente un hecho político diplomático, cuyas dimensiones recién se comienza a analizar seriamente en Chile en el momento que las primeras expresiones: la del matonaje y amenaza de empleo de su ejército o de la descalificación de la demanda boliviana, pierden toda consistencia ante el incontrastable hecho de que Bolivia tiene la razón y así lo probará en las instancias internacionales.
La postura de Enriquez Ominami delata el hecho de que la conducta de Chile ya no es monolítica, que existen personas con el suficiente raciocionio para percatarse de que Chile ya no puede continuar con una política que data de inicios del Siglo XX, cuando aún se podía alegar que los territorios eran conquistados y retenidos a la fuerza, como lo manifestó Abraham Köening, emisario chileno en Bolivia en agosto de 1900. Al presente varias personas, incluyendo chilenos, se percatan de que si Bolivia actúa como corresponde ante la instancia competente, poco tiene Chile para probar el supuesto “derecho de usurpación” con el que se apoderó del Litoral boliviano desde 1879.
Es por tanto necesario hacer seguimiento a las declaraciones del mencionado político chileno y de la población chilena en su conjunto, puesto que la contundencia de los fundamentos de la demanda boliviana con su solo anuncio llama a la reflexión a los habitantes de aquel país y, obviamente, demuestra que se ha tenido razón por parte mía en definir que la vía de solución al diferendo es la interposición de la Demanda ante la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, hoy acompañada por el criterio de juristas internacionales y la opinión de los propios chilenos, además del anuncio del Presidente de efectuar esta actuación ante estrados internacionales.
Víctor Hugo Chávez Serrano es autor del Proyecto de Demanda Marítima.
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