Sobre unas bestias mitológicas
HISTORIA
Un grupo de universitarios siguen con su cámara a un presunto cazador furtivo de osos. Pronto descubrirán que el tipo es un cazador... pero lo osos no son su presa predilecta.
LA PRODUCCIÓN
Si alguien pregunta por un troll, la respuesta será concisa a la par que escueta: unas bestias peludas, patizambas, algo estúpidas, con grandes pies y una enorme nariz de formas redondeadas en mitad de su cara; que dedicaban la mayor parte de sus esfuerzos a hacerle la vida imposible a David el gnomo y los suyos.
Como mucho, varios se acordarán de un gigantón de piedra que aparecía en la adaptación cinematográfica de La Historia Interminable, popular novela homónima de Michael Ende, que, también pasaba por ser un troll.
Pero vayamos a Troll Hunter. Un equipo de filmación compuesto por tres jóvenes universitarios investiga a un tipo sospechoso de cazar osos, de manera furtiva, en las altas montañas noruegas.
Lo que no alcanzan ni siquiera a sospechar, es que el mencionado cazador no alberga interés alguno por los plantigrados. Su objetivo real son Trolls, unas bestias mitológicas recluídas, bajo supervisión del gobierno noruego, en las profundidades de los bosques y que, en los últimos días y por razones desconocidas, han empezado a mostrar comportamiento extraños.
Bajo el formato del falso documental, Troll Hunter se nos presenta como un trama sencilla pero altamente efectiva (a la que intenta dotar de realismo el mencionado recurso del falso documental) es más que suficiente para trasladar todo el protagonismo a los auténticos reyes de la función: los Trolls.