El título de este breve análisis se refiere a una carta circular que remití a los gobernadores de La Paz, Oruro, Cochabamba y Santa Cruz, con el propósito de motivarles para que en sus agendas de trabajo postulen la recuperación y recomposición de los ferrocarriles destruidos por la geopolítica chilena y la ingenuidad, por no decir otra cosa, de nuestros gobernantes de turno.
En 1997 organicé el Comité Impulsor del F.C. Aiquile-Santa Cruz con el fundamento de que los ferrocarriles son de gran importancia logística y económica para una Bolivia enclaustrada, geográficamente paso forzoso entre el Atlántico y el Pacífico; conceptos corroborados por estudios a cargo de CANAC International Co., JICA del Japón; Hagler Bailly de los Estados Unidos; Consa S.R.L. Consultores Asociados; Informe de la Comisión de Estudios de los Ferrocarriles y otros informes de profesionales con experiencia ferroviaria. Todos consideran que es insustituible para Bolivia el Sistema Ferroviario.
En la carta menciono también los desastrosos resultados de la capitalización de los ferrocarriles. La destrucción premeditada del F.C. Arica - La Paz y los costos de operación: Ferrocarril Vs. Camión, una diferencia menor al 255 a favor del primero.
Menciono también los conceptos del economista norteamericano Jeffrey Sachs, quien aconsejara la capitalización de las empresas del Estado; años más tarde, vencido por la realidad de los hechos consumados, en un análisis explica: “el perjuicio económico de Bolivia por causa de su enclaustramiento marítimo como consecuencia de la Guerra del Pacífico, es superior a cuatro mil millones de dólares cada diez años”.
Si se sustituye al ferrocarril con el camión para el tráfico internacional vía Pacífico, las cifras señaladas por Sachs pueden duplicarse. En Asunción del Paraguay, expertos de la CEPAL en el 2003 enseñaron: “Reducir los costos del transporte y aumentar las inversiones en ese sector son los grandes desafíos de los países mediterráneos”. Sachs termina afirmando: “Comparando el valor de las importaciones, Bolivia tiene un costo de 66 por ciento superior a los miembros del Mercosur con litoral marítimo (Argentina, Brasil y Uruguay), y un 240 por ciento mayor al de Estados Unidos”.
Mi pregunta a las autoridades del Ejecutivo: ¿tienen o no alguna importancia los datos económicos señalados para justificar la recuperación y recomposición de los ferrocarriles en Bolivia? Los hechos contundentes nos demuestran que en Bolivia se destruye los ferrocarriles y se pretende sustituirlos con el camión, tal como señala la “Declaración de La Paz”, firmada por los presidentes de Bolivia, Brasil y Chile, que parecen coincidir con las tendencias formuladas por el “socialismo del Siglo XXI”, que vienen conformando entidades como UNASUR, ALBA y otros.
Justamente en la reunión de UNASUR, en Caracas, en la tercera semana de diciembre pasado, conformaron otra entidad cuya sigla es CELAC. En la oportunidad se acordó también conformar un Corredor Ferroviario para integrar al Brasil con Paraguay, Argentina y Chile, con inversión multimillonaria. Lo insólito e inexplicable es que la representación de Bolivia supuestamente en la reunión, aprobara la conformación del citado Corredor Ferroviario, quiere decir que el Corredor Ferroviario Transcontinental Central: Santos – Arica, no va más, en otras palabras, los ferrocarriles desaparecen en Bolivia.
La pregunta forzosa al presidente Evo Morales es: ¿qué proyección a futuro le asigna a Bolivia sin un Sistema Ferroviario Integrado?
En mi opinión, lo que el Presidente me expuso en un par de minutos al amanecer del 11 de agosto de 2008 en la casa presidencial, en sentido de que “el ferrocarril -le habían dicho- perdió importancia”, es un concepto que se cumple a cabalidad. No hay otra explicación.
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