El modelo económico chileno

Muchos de los articulistas de temas económicos confunden la efectividad del modelo económico chileno con la forma en la que los gobiernos han venido distribuyendo la increíble riqueza que éste ha generado, desde que fuera implementado por los llamados Chicago Boys, allá en la década de los años 70.

La efectividad de un “modelo económico” se mide por su capacidad de generar riqueza, la que se refleja a través del crecimiento del PIB, que en el caso de los chilenos ha conseguido elevarse desde los tradicionales 15 mil millones de dólares que alcanzaba antes del año 1973, a los actuales 300 mil millones de dólares, con la proyección de que alcanzará, en el año 2020, los 400 MIL MILLONES DE DÓLARES.

El manejo del modelo económico es, como debiéramos saber, un problema eminentemente técnico que debe ser realizado por verdaderos economistas. La forma de distribuir la riqueza que éste crea, es un asunto político, que debería depender de la tendencia de los gobiernos que lo administren.

Los llamados gobiernos de derecha, como es el actual en Chile, tienden a favorecer en la distribución a unos pocos grandes empresarios, en tanto que los movimientos de izquierda nacen comprometidos a distribuir la riqueza entre los más pobres, tema que en este caso dejaron pendiente los gobiernos de la concertación, que es lo que origina el rechazo del “modelo chileno” por la mayor parte de sus conciudadanos, que son los que han quedado al margen del progreso generado en los últimos 40 años.

Esta es la razón por la que se dice que no deben ni pueden existir economistas de izquierda o de derecha, sino buenos o malos economistas, que en el caso chileno, los buenos fueron formados por la Universidad de Chicago en un curso especial del que nos ocupamos en anteriores notas.

Bolivia no ha tenido un verdadero economista, un hombre que sepa hacer ciencia económica. La ciencia es quehacer y no mero repetir, lo que ocurre porque es una forma de conocimiento que no está disponible en algún libro de texto, ni en alguna currícula de las universidades del mundo. En su lugar hemos tenido una serie de profesionales de la ciencia, que en muchos casos han alcanzado los mayores grados que se puede alcanzar, es decir los doctorados profesionales en economía.

Para ser un verdadero economista se tiene que llegar a dominar las teorías del conocimiento de la realidad, lo que solamente consiguen hacer los que estudian por su cuenta a fondo la economía y la filosofía, de otro modo sólo podrán conocer las realidades que se hacen patentes a los sentidos.

La tarea pendiente de los gobiernos chilenos es hacer que el producto conseguido por su eficiente modelo, sea equitativamente distribuido entre todos sus habitantes, tema que es de preocupación de la mayor parte de sus críticos. Confundir el modelo con la forma de la distribución del producto da réditos políticos a sus detractores y opositores, lo que va, en este caso, en desprestigio del actual gobernante chileno, el que, como se sabe desde el inicio de su campaña presidencial, ha ofrecido manejar la economía del país como una gigantesca empresa, cosa que un país no es.

La mala distribución de los excedentes realizada por el Gobierno chileno se la puede comprobar observando su PIB per cápita, que ya se acerca a los 21 MIL DÓLARES ANUALES, lo que es decir que pronto igualará el mínimo establecido para ser calificado como un país del primer mundo, cosa que sin embargo ocurre en medio de grandes lagunas de pobreza, ya que al ser un promedio de ingresos nacionales, no quiere decir otra cosa que, mientras unos pocos son los grandes beneficiarios de la eficiencia del modelo, la mayoría queda al margen de sus beneficios.

La crisis económica mundial afectará indudablemente más a Chile que a otros pueblos de la región, pero lo hará temporalmente y con la debida salvaguarda, porque ellos tienen no solamente los conocimientos para tomar sus recaudos, sino las reservas económicas necesarias para hacerle frente.

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