Buenos Aires, (EFE).- El caso de una niña de 11 años embarazada, cuya madre pidió a la justicia que se le permitiera interrumpir la gestación pues era fruto de abusos sexuales, pero inesperadamente desistió de ello, ha reavivado en Argentina la polémica que rodea a la legalización del aborto.
Organizaciones sociales denunciaron ayer posibles presiones a la familia de la nena embarazada de tres meses, luego de que la madre se presentara inesperadamente el jueves en los tribunales de la provincia argentina de Entre Ríos para desistir del pedido para que la justicia habilite el aborto.
Estela Díaz, representante de la Campaña Nacional por el Aborto Seguro y Gratuito, integrado por varias entidades, indicó a la prensa que “los abogados (de las ONG) están investigando el tema para tomar acciones ante las presiones que pudo sufrir la familia”.