Sobre el reordenamiento de vehículos
La ciudad de La Paz, otrora “Cuna de la Libertad” y hasta “Tumba de tiranos”, es una de las poblaciones más castigadas por una serie de perjuicios que no condicen con su nominación (precisamente) de sitio de paz: mítines ruidosos, bloqueos de calles y avenidas, crucifixiones, huelgas de hambre en vía pública, “chicotazos” a los que no acatan huelgas, cosida de labios, marchas de apoyos políticos con griteríos matizados de “ajos y cebollas”, “entradas” folklóricas que terminan en “salidas” bochornosas debido al alcoholismo generalizado, pedreaduras e incendios a edificios públicos, asaltos con balaceras, secuestros, etc. (¡uf!).
Y a todo ese rosario de males se suma el desorden y la indisciplina del transporte público vehicular. Tanto peatones como chóferes no respetan las disposiciones de Tránsito y es así cómo la ciudad del Illimani es el escenario cotidiano de caos, desorden e irresponsabilidad.
Y tal vez por ese panorama desolador, ahora nos enteramos de una noticia alentadora en sentido de que la Municipalidad paceña intenta (intenta nomás), imponer orden en el transporte público mediante algunas disposiciones, aunque ya sólo ante el anuncio, la dirigencia del sector agremiado lanzó amenazas para impedir ese propósito.
La ciudadanía paceña debe apoyar y aplaudir esa noble iniciativa del municipio, porque por fin a un alcalde, después de muchos años (que parecen siglos), se le iluminó la mente para realizar ese intento tan ansiado por los sufridos habitantes de nuestra urbe.
TRANSPORTE PÚBLICO: UN CAOS
No es una exageración afirmar que el transporte público en La Paz se desarrolla en medio de un gigantesco caos y un desorden increíble.
No son todos, pero la mayoría de los conductores de micros, taxis, buses, etc. no tiene el más mínimo respeto por las disposiciones de Tránsito y, lo que es peor, trata a los ciudadanos con una irresponsabilidad, falta de consideración y respeto que llegan al extremo. Cambian de rutas en cualquier lugar y cuando así lo desean, cobran tarifas con sinvergüenzura y ellos imponen horarios de salidas y circulación de acuerdo con su conveniencia económica, ¿y las disposiciones de Tránsito?: sólo en el papel membretado (Dios se apiade de nosotros).
PODERÍO SINDICAL
Tal es el poderío sindical de los transportistas que hasta ahora no ha existido un Gobierno que pueda imponer su autoridad y regular el transporte como merece (o merecería) una ciudad que es nada menos que la sede del Gobierno de Bolivia. Ante cualquier intento que tenga relación con el orden, los chóferes se organizan sindicalmente y amenazan, bloquean calles y hasta “huasquean” a los que no acatan sus nefastas instrucciones.
“NO SE GANA CON EL TRANSPORTE”
Y como parte de su conocida táctica, los dirigentes se quejan públicamente de que “no se gana con el transporte”, de que “sólo les alcanza para la comida” y no se cansan de reclamar por “la subida de precios de los repuestos”. Antes el pretexto era “la subida del dólar”.
Pero con los precios vigentes de pasajes (considerados bajos por ellos), periódicamente aparecen con nuevos coches y no es raro ver a transportistas con dos, tres y hasta cuatro rodantes (además de su coche particular, claro). ¿Y los sufridos paceños? Soportando diaria y estoicamente todos sus abusos, caprichos y malacrianzas.
***
Como en la fábula conocida: ¿quién le pone el cascabel al gato? En este caso a los transportistas y su negocio súper lucrativo, comparable sólo con una mina de oro puro.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Juan Carlos Quiroga
Miguel Lazo de la Vega |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |