Subvención a alimentos perjudica producción agrícola en Bolivia

Dos analistas económicos aseguran que la subvención de los alimentos contradice a la política de seguridad alimentaria que promueve el Gobierno toda vez que desincentiva a la producción nacional y tiende a que el país se convierta en importador de alimentos. De hecho advirtieron que muchos productos de la canasta familiar que consumen los bolivianos vienen del vecino país del Perú, además de otros.

La crisis alimentaria obligó al Gobierno a subvencionar los precios del arroz, azúcar, harina, aceite y soya que se comercializan a través de Emapa y a la par de la subvención vino el monopolio del Estado que en vez de fomentar la producción fomentó el contrabando y el agio como se evidenció cuando se descubrió almacenes de Emapa donde se estocó azúcar y harina.

PRECIOS

En criterio del economista, Armando Méndez, si bien las subvenciones son muy buenas porque son una forma de impedir que los precios suban, con el tiempo esta práctica se vuelve complicada. “ahora pasa que con los anuncios del Gobierno de analizar la posibilidad de suspender las subvenciones es posible que se esté sincerando y evidentemente existan problemas de sostenibilidad económica para soportar la carga de esas subvenciones”, sostuvo.

El Estado subvenciona el precio de la harina, el pan de batalla, azúcar, arroz, aceite, y soya productos que son comercializados por la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), en desmedro de los industriales agropecuarios.

En ese contexto Méndez afirmó que “manejar las subvenciones es un tema complicado, porque cuesta recursos al Tesoro General y no es aconsejable hacer en una economía”.

PALIATIVOS

Por su parte, el también analista Humberto Vacaflor, el Gobierno no tiene una política económica clara y definida y asume medidas paliativas que afectan la economía. “Lo mejor en este caso es que los precios de los alimentos sean manejados de acuerdo a la demanda y se evitan de comprar productos”.

Ambos analistas coincidieron en advertir que la subvención de productos “desincentiva la producción agrícola” y volvió al país en importador de alimentos. A manera de ejemplo Méndez citó el caso de los países de Cuba y Venezuela que prácticamente “desmantelaron” su aparato productivo y ahora más del 70% de los productos que consumen los venezolanos son importados, en tanto que en el caso de Cuba la situación es más dramática porque ese país importa el 100% de los productos que consumen.

“Lo que pasa en el país es algo similar ahora todos los productos agropecuarios son importados desde Perú y Argentina. Si uno va al mercado puede observar que cebollas, papas, zapallos, tomates y verduras son importados del Perú, en tanto que el azúcar, la harina o el arroz llegan desde Argentina o Chile”, dijo Vacaflor.

COMPETENCIA DESLEAL

Según los analistas desde que el año 2007, cuando el Gobierno motivó la crisis alimentaria, a través de la competencia “desleal” de la Empresa de Productos Alimenticios (Emapa), la industria agropecuaria sufrió grandes “reveces” como fue el caso del aceite, azúcar y el arroz, productos que fueron subvencionados por el Estado en desmedro de otros sectores.