Dicho sin anestesia, al partido en el poder se le han agotado las pilas y ha perdido la iniciativa y como se encuentra en un callejón sin salida, se ha visto obligado a buscar soluciones en forma poco menos que desesperada y hasta angustiosa. En efecto, el intento encontró dos soluciones: la primera convocar al Encuentro de Cochabamba que pareció el parto de los montes y la segunda, invitar a un enclave a algunos agónicos partidos políticos, algunos de los cuales forman los cuadros de la oposición y otros que, en una u otra forma, participan en el Gobierno y cogobiernan en la administración estatal.
El procedimiento fue una inédita invención para buscar nuevas iniciativas en vista de que el concilio de Cochabamba terminó con una catarata de sugerencias, así como la repetición automática de las frases hechas de los voceros oficialistas y la reunión reciente de La Paz, que fracasó, pues murió antes de nacer debido a que los invitados se sentían incómodos y únicamente encontraron como oferta inmediata que el presidente Evo Morales dijo estar dispuesto a cualquier consulta revocatoria y que no tenía el menor temor a ese posible evento.
Pero tanto el encuentro de Cochabamba como el que se intentó en La Paz sólo sirvieron para profundizar el abismo entre el Gobierno y el pueblo y descubrir que, como nadie quiere dar brazo a torcer, el deseo del oficialismo no ha encontrado las sugerencias oportunas para que el país pueda salir del callejón sin salida en que se encuentra, ya que la nave del Estado navega a la deriva, no tiene norte y finalmente ha encallado con peligro de un inminente naufragio.
Sin embargo la pesadilla que se está volviendo realidad muestra un “pequeño” detalle que consiste en que las 600 propuestas y 150 proyectos de ley que se elaboró trabajosamente en Cochabamba no tienen ni el menor tinte anticapitalista, ni siquiera socialista, que quisieron darle sus auspiciadores. Es más, al contrario de toda esperanza oficialista, las sugerencias de Cochabamba, sin excepción, fueron francamente propuestas antisocialistas, por cierto inútiles para un país que se desarrolla por la vía capitalista, contrariamente a lo que predica el partido de gobierno en toda oportunidad.
Pero lo importante no está ni en las publicitadas reuniones ni en la cantidad de propuestas que nacieron del sabio concilio de Cochabamba para su estudio por los partidos políticos en La Paz, sino la cuestión se encuentra en el contenido de esas 600 sugerencias, contenido que nada tiene que ver con metas socialistas ni muchísimo menos, porque al contrario de cualquier afirmación, solamente sirven para apuntalar el desarrollo del capitalismo, confirmando lo que alguien decía en sentido de que Bolivia “no padece del capitalismo sino de falta de desarrollo capitalista”, conclusión que se desprende fácilmente de la simple observación de las 600 propuestas y a las que los partidos de la oposición dieron la menor importancia.
En pocas palabras se puede concluir que al haber agotado sus propuestas el Gobierno, se comprueba que está buscando cómo llenar el vacío ideológico en que se encuentra y que, por tanto, en un esfuerzo supremo, debe “ponerse las pilas”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán Consejo de Administración:
Juan Carlos Quiroga
Miguel Lazo de la Vega |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |