BBC Mundo.- Un jet privado, numerosos coches de lujo, placas de auto personalizadas y doble residencia en Hong Kong y Nueva Zelanda son solo algunas de las marcas de la casa de Kim Schmitz, el fundador de la recientemente cerrada Megaupload.
Ser el creador de una de las páginas de Internet más importante del mundo debe ser bueno para la autoestima, y quizás es por eso por lo que el alemán también conocido como Kim Dotcom (Kim Puntocom), no se molestaba en ocultar sus excentricidades.
Ahora, según el FBI, Schmitz no es solo un excéntrico sino también delincuente de la era tecnológica. Según las autoridades estadounidenses, es el jefe de una trama criminal que ha hecho perder millones de dólares a la industria del entretenimiento y que ha usado contenidos ilegalmente distribuidos para lucrarse.
Después de que su compañía, Megaupload, haya sido cerrada por el FBI, sus bienes confiscados y él y varios de sus trabajadores acusados por un tribunal estadounidense, este alemán se enfrenta a penas de cárcel y a multas millonarias por un enorme imperio digital que nació hace tan solo 7 años.
Schimtz posee el 68% de las acciones de Megaupload, y el 100% de sus hermanas Megavideo.com, Megaporn.com y Megabay.com. Con residencia en Hong Kong y en Nueva Zelanda, ciudadanía alemana y finlandesa y millones en el banco, las redes de Schmitz en el mundo digital son insondables.
HISTORIA DE UN HACKER
Nacido Kim Schmitz en Kiel, Alemania, hace 38 años, su primer encontronazo con la ley fue en 1998, cuando fue acusado de vender tarjetas de teléfono robadas que había comprado a supuestos hackers estadounidenses.
Ya por ese entonces Schimtz se había labrado una reputación entre los hackers alemanes en una época en la que la filosofía de compartir software y un Internet abierto estaba en boca de todos.
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