Flora y fauna del TIPNIS en riesgo

Otra vez está en riesgo la integridad del Parque Nacional Isiboro Sécure, que integra la Amazonia boliviana, situado entre los departamentos de Beni y Cochabamba, ante la posibilidad de que se abrogue la Ley Corta que dispone la intangibilidad de su núcleo.

Dicha ley fue promulgada por el presidente Evo Morales en octubre último, accediendo a la demanda de indígenas marchistas de aquella región, quienes rechazaron la construcción de una carretera que atravesaría ese espacio, conocido como Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

A manera de contramarcha, el oficialismo promovió otra demostración similar, con gente identificada como cocaleros y colonizadores que están a la espera de que se les dote de tierras en el TIPNIS. La identidad que asumieron para la oportunidad es la de Consejo Indígena del Sur (Conisur). La marcha está en trance de llegar a La Paz, para ejercer presión a favor de la abrogación de la Ley Corta.

La marcha, además, tiene el privilegio de estar protegida. El comandante de la Unidad de Radio Patrullas del departamento de Oruro, Julio Cruz, dijo al periodismo: “Tenemos unidades de bomberos, Radio patrullas y la Policía Caminera que están cubriendo el trayecto de la marcha. Estamos haciendo un trabajo coordinado”.

Abandonaron la misma indígenas de dos comunidades del TIPNIS, yuracarés y chimanes, a fines de la pasada semana. El dirigente de los primeros, Emilio Nosa, declaró -según el diario Página Siete- que “Se sintieron engañados por las promesas que les hizo la gente del gobierno y del municipio de San Ignacio de Moxos…, ofreciéndoles recursos económicos (300 bolivianos por día de caminata y arroz)”.

Al abrogarse la Ley Corta sobre el TIPNIS, de hecho se abrirán las condiciones para ejecutar, de “todos modos”, como había dicho Morales, la construcción de la carretera (tramo dos) que cruce su territorio. La misma partiría de Villa Tunari (Cochabamba) y concluiría en San Ignacio de Moxos (Beni).

La extensión de la carretera sería de más de 300 kilómetros y su costo, licitado “llave en mano”, de $us 415 millones. La Asociación de Ingenieros de Bolivia sostiene que la obra tiene un sobreprecio de $us 170 millones.

Estos y otros detalles son menores frente a la conceptualización que tienen los expertos de que el TIPNIS “es todavía un santuario vegetal, con árboles centenarios de maderas preciosas, de alto precio en el mercado y en peligro de desaparecer”, según estudio realizado en un curso de la Fundación para el Periodismo.

La fauna en el TIPNIS -1.091.656 hectáreas- es igualmente rica en especies de aves, mamíferos y peces, en decenas de ríos y en las 170 lagunas que posee. Su existencia está calificada como la principal reserva de agua dulce del país y se dice que es la segunda más grande de Sudamérica.

No hay estudios completos sobre la magnitud de todas aquellas riquezas naturales, pero se cuenta con indicadores ciertos para estimaciones responsables. El experto Carlos Capriles Farfán tiene apuntes que indican que en el TIPNIS se tiene180 especies de mamíferos, 190 de peces, 700 de aves, 110 de reptiles y 160 de anfibios. En el caso de las aves representaría el 50% de las 1.400 especies existentes en el país.

La ornitóloga Eliana Flores Bedregal y el fotógrafo especializado en el área, Capriles Farfán, son los autores del libro “Aves de la Amazonia Boliviana”, editado hace un año. La obra es un alarde de preciosismo y documentación. Ofrece hermosas fotos de tucanes, urracas, golondrinas, parabas, carpinteros, halcones, águilas, loros, colibríes, lechuzas, búhos, siringueros, entre algunas de las especies de aves que habitan en la Amazonia boliviana, que, como queda dicho, el TIPNIS es parte de ella.

La carretera que se pretende construir arrasaría con el núcleo del TIPNIS, lo que representaría un súper magnicidio para la humanidad, puesto que la Amazonia, en su conjunto, es uno de los pulmones del planeta tierra. Es decir, aporta aire puro para contraponerse a la contaminación ambiental y, ahora, al dramático cambio climático que afecta a todos los países, entre ellos a Bolivia.