Observan trato diferenciado de Gobierno a marchas sociales

Las “tensiones dinámicas” advertidas por el Vicepresidente del Estado en los últimos doce meses se han manifestado mediante las masivas marchas que demandan atención del Estado. Tres marchas con similares características y reivindicaciones como la TIPNIS, Conisur y la caravana de sillas de ruedas, tuvieron, sin embrago, un trato diferenciado de parte del régimen, según afirmaron politólogos consultados por EL DIARIO.

En criterio del politólogo Franklin Pareja, es muy notoria la diferencia entre el trato del Gobierno a las diversas marchas. La del TIPNIS fue denostada, sus dirigentes fueron desacreditados y no se les permitió el paso en Yucumo, incluyendo la represión policial, mientras la marcha del Conisur se lleva en la más amplia libertad.

“El recibimiento anunciado por organizaciones sociales y autoridades del Ejecutivo será organizado, a diferencia de la anterior (TIPNIS) que tuvo una acogida y apoyo espontáneo de la ciudadanía en todo el país”, dijo.

TRATO SELECTIVO

Sobre la caravana de sillas de ruedas, aseguró que existe indolencia ante este sector social. “Es paradójico que un gobierno de corte socialista sea tan indolente con movilizaciones sacrificadas y dolorosas como la caravana de personas con discapacidad. Estos problemas no deberían suceder, porque cuando llegan a La Paz, el Gobierno se ve presionado para dar una salida que desactive coyunturalmente las movilizaciones, pero sin voluntad política. Toda marcha debería ingresar a Plaza Murillo, debe haber una línea coherente y consecuente; cualquier expresión social debería tener el mismo trato, no ser selectivo, porque ese es un trato diferenciado lamentable y discriminatorio”, expuso Pareja.

CRISIS DE GESTIÓN

Para el analista Jorge Lazarte, el Gobierno tiene una obligación moral de apoyar a los marchistas del Conisur , porque este sector respalda el proyecto carretero y el contrato con la empresa constructora brasilera OAS. Sobre el recibimiento anunciado, dijo que éste responde a un acto de discriminación, porque no se actuó de la misma forma con las marchistas del TIPNIS.

“La idea que el Gobierno siempre tuvo fue la construcción de la carretera por el corazón del TIPNIS y si en su momento aprobó la Ley Corta fue por presión de la marcha indígena, pero en el momento que tuvo oportunidad dio un paso atrás. El gobierno de Evo Morales está en un callejón sin salida, porque antes podía gobernar dirigiendo a sus bases, pero ahora ejerce el poder bajo presión y amenazado por conflictos contradictorios en los que el mismo Gobierno se metió”, sostuvo Lazarte.

MARCHA TIPNIS

La marcha de defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) inició en Beni el 15 de agosto de 2011, exigiendo que el segundo tramo de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos no ingrese a la reserva natural, para evitar deforestación, asentamientos ilegales, sembradíos de hoja de coca ni afecte a la fauna y el habitad de las tres naciones originarias asentadas en esas tierras.

El Gobierno no escuchó el pedido y la marcha del TIPNIS avanzó hasta la Sede de Gobierno, no sin antes soportar un bloqueo de colonizadores en Yucumo y una violenta represión policial en Chaparina el 25 de septiembre.

A su llegada a La Paz, la ciudadanía salió a recibirlos como “héroes”, mientras el Gobierno asumiendo un “intento de golpe de Estado” puso un cerco policial en Plaza Murillo. Luego de horas de espera, recién un grupo de marchistas pudo instalar una vigilia frente a Palacio Quemado y a pocos días recién tuvieron ingreso al Legislativo.

MOVILIZACIÓN CONISUR

La marcha del Consejo Indígena del Sur (Conisur) partió desde Isinuta, el 20 de diciembre pasado pidiendo la abrogación de la Ley 180 que declara la intangibilidad del TIPNIS, misma que fue promulgada tras la movilización de los indígenas de Tierras Bajas. Según la dirigencia, la carretera Cochabamba – Beni debería pasar por la reserva natural para beneficio de las comunidades que requieren salud y educación.

Durante su paso por las poblaciones intermedias y hasta llegar a Patacamaya, a dos horas de La Paz, recibieron la solidaridad de la población, aunque también se evidenció deserciones de personas que decían sentirse “utilizados” porque supuestamente no se les pagó un monto de dinero por marchar.

Estas declaraciones, además de un evidente respaldo y resguardo de instancias policiales y legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) , reforzaron la opinión pública de que esta movilización respondería a intereses del Ejecutivo y el partido oficialista.

El reflejo de estas acciones, difundidas por los medios de comunicación, generaron una actitud susceptible por parte de la dirigencia hacia la labor informativa, argumentando que “se distorsiona la realidad”, porque ellos no son cocaleros ni afines al régimen.

Por su lado, autoridades de Gobierno, legisladores del MAS y dirigentes de organizaciones sociales afines a éste, anunciaron que los marchistas serán recibidos con un acto especial, además de ingresar a Plaza Murillo para entrevistarse con el primer mandatario y escuchar sus demandas. En tanto, la Asamblea Legislativa debatirá una posible modificación a la Ley 180.

CARAVANA SILLA DE RUEDAS

La caravana de sillas de ruedas, en diciembre, se concentró en Beni para partir en una marcha inédita, que conmovió a la ciudadanía por el doble esfuerzo que realizan las personas con capacidades especiales. La demanda, empero, lleva cuatro años y consiste en el pago de un bono anual de Bs 3 mil para las personas con discapacidad severa, es decir, aquellos que no pueden movilizarse ni comunicarse con el mundo externo. Estos recursos están destinados al sector por disposición del propio Gobierno y que antes eran utilizados para las campañas proselitistas de los partidos políticos, ascendiendo a Bs 400 mil.

Las autoridades del Ejecutivo, así como los mandatarios Evo Morales y Alvaro García Linera, desestimaron derivar los fondos directamente a las personas con discapacidad, asumiendo que estos recursos deberán ser utilizados en programas ministeriales de capacitación e inserción laboral.

El sector de marchistas ya avanzó a Quillacollo, donde fueron recibidos con emoción por la población y el objetivo, según afirmaron, es llegar a La Paz. Consultado sobre si se permitirá su ingreso a Plaza Murillo, el viceministro de Coordinación con movimientos Sociales, César Navarro, evitó pronunciarse.