Miscelaneas

ENERO

El origen del nombre del primer mes del año se remonta a la Roma antigua donde Jano, un dios con doble rostro, uno que miraba al pasado y el otro al porvenir, según la mitología, era el dios de las puertas, del principio y del fin. El templo de Jano tenía doce puertas, número que correspondía al de los doce meses del calendario juliano. Enero, según algunos es el mes que invita a reflexionar en los años ya transcurridos y tomar resoluciones previsoras para el año que empieza. La palabra Enero viene del latín “Januarius”, que a su vez deriva de “janua”, puerta; porque es el que inaugura y por decirlo así, le da entrada al año. Después pasó a Janeiro, Janero y finalmente a Enero.

MAL EJEMPLO

Durante mucho tiempo los Borgia han sido sinónimo de perversidad, depravación y escándalo sexual. Durante el Renacimiento italiano Rodrigo Borgia como cardenal y arzobispo vivió en pecado constante, tuvo por amante a una mujer llamada Vanozza del Catanei, y después con la hija de ésta, Rosa, con la cual tuvo cinco hijos. Al convertirse en Papa en 1555, vivió sin ningún escrúpulo con sus dos hermanas, como si fuera poco, también tuvo relaciones incestuosas con su propia hija Lucrecia, con quien se dice tuvo un hijo. A estos escándalos le siguieron orgías y bacanales organizadas en el mismo Vaticano, según cuentan relatos de la época no hubo otro Papa que haya dejado ejemplos de tanta perversión.

LA PRIMERA PLAZA

La primera plaza pública erigida en la ciudad de La Paz fue la Alonso de Mendoza, en la zona de Churupampa, un lugar de caracoles, a orillas del río Choqueyapu, cuando el capitán español Alonso de Mendoza realizó la segunda fundación de la ciudad Nuestra Señora de La Paz, un 23 de octubre de 1548. Por entonces fue denominada plaza de los españoles, y junta a esta plaza estaba la de los indios, que se conoció por muchos años como la Calle Ancha, hoy Av. América. Esta plaza con el pasar de los años fue sufriendo una serie de transformaciones, hasta tomar la forma actual.

En cuanto a la iglesia de San Sebastián se edificó un año después de la fundación de la ciudad de La Paz, derrumbándose en 1618, construida nuevamente, fue incendiada y destruida durante el cerco indígena de Túpac Catari de 1781, reconstruida otra vez, sobre sus escombros, su atrio se convirtió en un verdadero cementerio, y según la leyenda, en noches muy sombrías se vio vagar las almas de aquellos españoles que fueron enterrados sin confesión.

Se dice que estas almas continuaron vagando sin reposo, causando espanto y temor por mucho tiempo por los estrechos callejones que rodeaban esta plaza.