Ascencio Apaza Quispe
El objetivo de la enseñanza de la matemática en los cursos de la Educación Comunitaria Vocacional no es sólo que los niños aprendan las tradicionales cuatro operaciones fundamentales de la aritmética, las unidades de medida y unas nociones geométricas, sino principalmente que puedan resolver problemas y aplicar los conceptos y habilidades matemáticas que adquieren en las clases, para desenvolverse en la vida cotidiana.
Para comprender la naturaleza de las dificultades que un niño enfrenta en el momento de aprender matemática, es necesario conocer cuáles son los conceptos y habilidades básicas, como se los adquiere, así como los diferentes procesos cognitivos de adquisición y consolidación.
Tradicionalmente la enseñanza de la matemática abarca básicamente las habilidades de numeración, cálculo aritmético y la resolución de problemas. Hoy también se considera que son importantes la estimación, la adquisición de la medida y de algunas nociones geométricas.
Pero la matemática se puede decir que es la vida misma del hombre, puesto que toda actividad humana implica comparar, estimar, medir, resolver operaciones y diferentes problemas del diario vivir, como en la compra y venta de productos, los precios de pasajes en el transporte, el pago de servicios básicos, en el deporte, en la construcción de viviendas, en la carpintería, cerrajería, en la confección de prendas de vestir, horarios de trabajo, temperaturas mínimas y máximas, fraccionamiento de las monedas, en el pastoreo de los animales, en la agricultura etc. En conclusión, la matemática está en todas las profesiones que los hombres y mujeres e hijos realizan en el diario vivir.
Como podemos darnos cuenta el ser humano por naturaleza se apoya en la matemática para todas sus actividades. Por tanto la matemática se la debe enseñar a partir de conocimientos previos, como el niño de la ciudad empieza a temprana edad a comprar algunos productos, golosinas, aprende algunas estimaciones o manejo de medidas que hacen sus padres en el diario vivir, generalmente en la compra y venta. Sin embargo el niño del campo es más diestro para la matemática, pues empieza a manejar la matemática desde el conteo de sus animales en el pastoreo, el manejo del tiempo, etc.
En los primeros cursos el docente comunitario debe tomar un papel de orientador y facilitador en el proceso de enseñanza – aprendizaje tomando en cuenta todas esas potencialidades de conocimientos empíricos del niño (a) y ser un mediador entre el contenido y las experiencias de los niños, llevando a la praxis dentro y fuera del aula, para que ese niño (a) no tenga miedo a la matemática.
El compromiso de todos los actores de la Educación Comunitaria es: principalmente de los profesores, la implementación la nueva currícula educativa de la Ley 070 Siñani – Pérez. Es, sin duda, la elaboración de estrategias didácticas tomando en cuenta su propia cultura o contexto con actividades concretas que ayuden al alumno a comprender los problemas que se le presentan y, sobre todo, hacerlo razonar ante las situaciones complejas que pueda enfrenar en el diario vivir.
El autor es docente de matemática de la Unidad Educativa Nacional Ayacucho.
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