El Presidente y la democracia

Hace unos días en sus discursos que casi a diario lanza el Presidente del Estado Plurinacional, en especial en el área rural, dijo que “la democracia es una imposición occidental y se debería volver al sistema del ayllu”, seguramente como parte del discurso “masista” etnocentrista y descolonizador. Ciertamente, la democracia como sistema de gobierno de la sociedad organizada, fue inventada por los griegos de la antigua Hélade, siendo sus principales exponentes Sócrates, Platón, Aristóteles, Polibio de Megalópolis y otros. Fue practicada como “democracia directa” en Atenas e incorporada en muchas de las constituciones de las “polis” griegas y recogida por la cultura romana, pasando con el Renacimiento, la Ilustración y el Iluminismo a ser parte fundamental de la cultura occidental. Luego de las revolucionnes Francesa y Norteamericana fue incorporada en buena parte del mundo occidental, y como ideario de las luchas independentistas de Hispanoamérica, fue el sostén de la República de Bolivia, a partir de la Constitución (la primera) redactada por el libertador Simón Bolívar Palacios.

También el socialismo en sus distintas variantes, y entre ellas la de corte marxista-leninista, es una construcción teórica y luego práctica (con la Revolución Rusa de 1927) de occidente, originada en las ideas “comunistas” de Platón, los planteamientos de los “utopistas” europeos y de Carlos Marx y Federico Engels (ambos alemanes), y es la ideología (así lo ha afirmado) del Presidente del Estado Boliviano, de donde inferimos que democracia y socialismo comunista son elaboraciones occidentales.

La democracia tiene su origen en los vocablos griegos: demos (pueblo) y kratos (poder), es decir el poder del pueblo. El que fuera presidente de los Estados Unidos (USA), Abraham Lincoln, la definió como: “el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”, es decir aquél en el que el pueblo es el “soberano” y en ejercicio de esa soberanía elige el gobierno que quiere, a través de la consulta al mismo, por el voto o libre sufragio, pues debido al crecimiento demográfico sería imposible reunir al pueblo en la plaza pública (como la fue en Atenas) y consultarle directamente.

Fue precisamente el barón de la Bredé y Montesquieu que en su obra “El espíritu de las leyes” delineó la separación de los poderes y su libre aleación por el pueblo, así como otros importantes filósofos políticos que le dieron su forma y alcances a este sistema de gobierno (la democracia) que se dice es la “mejor forma de gobierno inventada”.

Manuel Ossorio en su “Diccionario de CC. Jurídicas, Políticas y Sociales” hace referencia también a la “Democracia autoritaria”, en la que procediendo el poder del pueblo, la oposición carece de sentido y no puede ser admitida. Rechaza el pluralismo y la separación de los poderes del Estado, en beneficio del partido único y la unidad del Estado y su poder. “Concluye: “basta esta enunciación, para advertir que se trata de cualquier cosa, menos de democracia”.

La inquietud del presidente del Estado Plurinacional, al sostener que la democracia es una imposición occidental y su propuesta de la vuelta al ayllu, nos lleva a interrogarnos: ¿es la cultura boliviana occidental (con rasgos autóctonos), oriental (asiática) o permanece incólume e invariable desde 1535 a la fecha (en que llegaron a esta parte los españoles)?, ¿no somos producto de una simbiosis cultural entre Europa e indoamérica? Parece más bien que la postura del Presidente sobre la democracia de corte occidental, se debe a los reveses electorales que el régimen ha sufrido en las elecciones para alcaldes en Sucre y Quillacollo, pese al apoyo personal que dio a sus candidatos (estuvo 7 veces en Sucre y otras tantas en Quillacollo) y en especial por el rechazo del pueblo mayoritariamente a las elecciones para miembros de las más altas instancias de la justicia, donde los candidatos fueron elegidos por la mayoría oficialista en la asamblea, por supuesto de entre sus allegados políticos, entonces hay que descalificar a la democracia del voto libre y soberano del pueblo.

La democracia en el Siglo XXI no es solamente un sistema de gobierno de la sociedad, es un “sistema de vida”, se es demócrata en el hogar, la oficina o la vida diaria, pues son principios que sostienen la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la igualdad, en una sociedad de iguales ante la Ley y libres en su complemento, en un régimen de respeto a los derechos y libertades fundamentales, de división de poderes u órganos del Estado, de seguridad jurídica, pero en especial de “Estado de Derecho”, donde gobernantes y gobernados están sujetos al cumplimiento de las leyes, en definitiva la ignorancia es incompatible con el autoritarismo y absolutismo.