Incomunicación

Señor Director:

La incomunicación social es un problema candente que no puede pasar desapercibido, pero hasta el presente poco se ha hecho para solucionarlo. No me refiero a la incomunicación tecnológica o electrónica, pues en este aspecto la ciencia ha llegado a un alto nivel de desarrollo, sino a la incomunicación humana, de sentimientos, a la falta de diálogo, más que todo, entre padres e hijos, en el entorno familiar.

Para estudiar más a fondo dicho problema debemos analizar las causas y medir las consecuencias. Entre las principales causas está el materialismo humano, ya que las personas se dedican a admirar los nuevos artefactos electrónicos, a satisfacer sus necesidades individuales y otras comodidades, etc., pero no se dan tiempo para dialogar de persona a persona, expresando sentimientos profundos, valores morales, debatiendo problemas…

Otra causa es la incapacidad de los padres de familia para dialogar con sus hijos, conversar amigable y desinteresadamente de los múltiples problemas que agobian a la juventud, en la que se manifiesta la indecisión, impotencia, desorientación para tomar decisiones correctas, etc. También afecta la falta de centros de orientación, donde se pueda discutir problemas sociales y buscar soluciones concretas.

Las consecuencias de la incomunicación son muchas, como la deshumanización, es decir la carencia de valores morales, los mismos con el paso de los años se los va perdiendo, sobre todo sentimientos de amor, amistad, lealtad, sinceridad, honestidad, responsabilidad, etc.

Otras secuelas son las constantes confrontaciones bélicas internacionales y hasta las internas de un Estado, que provocan muerte, desolación, enemistad, hambre, dolor, destrucción, terror, etc.

También se constata la ausencia de cariño en muchos hogares, lo que genera desorientación, suicidios, delitos, huidas de muchos jóvenes. Finalmente la persona busca el bienestar personal, sin importarle la pobreza de los demás.

Octavio Mayta Roque

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