Cuando hablamos de ideología nos referimos a ese conjunto de proposiciones sobre cómo debió organizarse el país a partir de 2006 en el “proceso de cambio” y la “transformación” que no se profundiza.
El pueblo boliviano, aburrido de cuestionados gobiernos militares ambiciosos y democráticos, hace siete años emitió su voto para ir hacia el progreso; disminuir la pobreza y desempleo, frenar el sembradío de coca, luchar frontalmente contra narcotráfico, corrupción, contrabando y otros.
Se sabe que en la Asamblea Legislativa, sometida al Ejecutivo, el MAS con sus 2/3 de diputados imponía su mayoría. La confusa Constitución Política promulgada el 7 de febrero y DS 241 de 5 de agosto de 2009, hecha a medida de los políticos de diferentes tendencias que conforman el grupo gobernante, optó por la tendencia al retroceso; al Tawantinsuyo, sin prever el futuro como otros países adelantados que han dejado atrás mitos y leyendas ancestrales.
Hay que considerar que el país fue bautizado primero como República Bolívar, luego Bolivia en 1888 y desde febrero de 2009 es Estado Plurinacional, Unitario Social de Derecho Comunitario, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado, con autonomías y 36 nacionalidades.
Cada opción política, por tanto, debe tener su idea de cómo organizar nuestra sociedad; cómo debe ser nuestro país con su ideología propia, no importada de Cuba o Venezuela. Por eso no es factible tener varias ideas; una veces nos mostramos como comunistas marxistas leninistas, comunitarios, socialistas de extrema izquierda del Siglo XXI, antiimperialistas, anticapitalistas, indigenistas, anticolonialistas, indianistas, pero ¿qué somos realmente? Aunque esto que en otras latitudes es tenido por imposible, en nuestro país de contrastes sí es posible, y casi a diario; es el quehacer de nuestra vieja política criolla.
Muchos políticos en el actual gobierno reaparecen como connotados intelectuales, pero con escasas luces, aunque no interesa que hayan pertenecido a varias tiendas ideológicas y -sin ruborizarse- en ceremonias de posesión de jueces en Sucre, comandantes militares, Asamblea Legislativa, nuevo gabinete ministerial, foros, asambleas, cumbres sociales y políticas intrascendentes, se los ve levantar el brazo izquierdo con el puño cerrado en alto y la mano derecha sobre el pecho, otros sólo llevan la mano derecha al tórax, muy pocos besan la señal de la cruz ante la ausencia del crucifico y la Biblia.
Algunos “ideólogos” pergeñan leyes que pronto son modificadas o derogadas, escriben folletos, documentos y otros de diferentes matices ideológicos “calcados” del gobierno chavista y castrista que después de 53 años de su revolución está cambiando la mentalidad del régimen comunista que fracasó en el mundo.
Otro de lastre es el transfugio de algunos asambleístas que se demarcan por prebendas, faltos de ética, infiltrados en el actual esquema de gobierno. Existen también arribistas, de quienes se debe guardar reparos porque son los eternos “dueños del poder político”, pues prestaron servicios a regímenes autoritarios. En la actual situación del país, el ejercicio del poder precisa de sabiduría, de profesionales hombres, mujeres con méritos, competentes, no improvisados ni mediocres para la marcha ascendente, y políticas de Estado para fortalecer el aparato productivo y encauzar el desarrollo económico.
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