Río de Janeiro, (EFE).- La cifra de muertos por el derrumbe de tres edificios ocurrido el miércoles por la noche en el centro de Río de Janeiro se elevó ayer a cuatro, con el hallazgo de otro cadáver entre los escombros, informó la Defensa Civil, aunque algunos medios aseveraban más tarde que las brigadas de rescate encontraron el quinto cuerpo.
El desplome de las edificaciones, cuya causa no ha sido establecida, dejó además seis personas con heridas leves y unos 15 desaparecidos, según las autoridades, que no han logrado precisar el número total de víctimas.
La Defensa Civil informó de que las cuatro víctimas fatales confirmadas son tres hombres y una mujer y agregó que las operaciones de búsqueda y rescate continúan con la ayuda de perros entrenados para este tipo de tareas.
IDENTIFICADOS
Hasta ahora han sido identificados los cadáveres de Cornelio Ribeiro Lopes, de 73 años, que era portero de uno de los edificios que se desplomó, y Celso Renato Braga Cabral, de 44, mientras que del otro hombre y la mujer encontrados entre los escombros no se han confirmado los nombres.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que está en Porto Alegre donde tenía previsto participar en el Foro Social Mundial, expresó su pesar por la tragedia.
“Me solidarizo con la población de Río de Janeiro, principalmente con las familias de aquellas personas que fueron alcanzadas por esa catástrofe”, expresó la mandataria.
Rousseff dijo que durante la jornada de ayer ha mantenido contactos con el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y con el gobernador Sergio Cabral, y expresó su confianza en que las personas que han sido dadas por desaparecidas hayan sobrevivido y sean rescatadas de los escombros.
El accidente ocurrió alrededor de las 20.30 (22.30 GMT) del miércoles, en un momento en el que el céntrico sector de Cinelandia se encontraba prácticamente vacío, lo que evitó una tragedia de grandes dimensiones.
“Menos mal que la tragedia no fue en hora punta en el corazón del centro de Río. Esta tragedia podía haber tenido dimensiones mucho más graves si hubiese ocurrido horas antes”, dijo el gobernador regional, Sergio Cabral, en declaraciones a la radio CBN.
TRES EDIFICIOS
Se hundieron un viejo edificio de 20 plantas, otro de diez y un tercero de pequeñas dimensiones y cinco pisos, en la céntrica calle Treze de Maio por causas aún no aclaradas, pero que podrían estar relacionadas con problemas estructurales de la construcción más alta, según dijeron portavoces de los bomberos.
La imagen de cuatro excavadoras trabajando en las montañas de escombros, envueltas en una nube de polvo y humo, contrastaba con el paisaje de edificios solariegos de la zona, donde destaca el majestuoso y centenario Teatro Municipal, ubicado a pocos pasos del lugar de la tragedia.
El derrumbe ocasionó un escape de gas que dio paso a un pequeño incendio, en el que ardieron papeles, cortinas, moquetas y alfombras de las oficinas, según dijeron los bomberos, que controlaron el fuego que todavía ayer dejó un rastro de humo.
La Treze de Maio es una calle pequeña y peatonal que en el horario laboral se convierte en una de las vías más bulliciosas de la ciudad, en un hervidero de miles de personas que transitan entre decenas de puestos ambulantes de comida y baratijas.
La vecina plaza de la Cinelandia, tradicional escenario de manifestaciones a favor de la democracia en los años ochenta, se convirtió ayer en el lugar de encuentro de los familiares de las víctimas y también de los trabajadores de la zona, que no pudieron acceder a sus oficinas.
SALVA SU VIDA
Rosangela Camacho, dueña de una tienda de productos naturales en uno de los edificios siniestrados, explicó a Efe que estaba preocupada por varios de sus clientes y conocidos que trabajaban en el predio vecino y no sabe si alguno de ellos está desaparecido.
“Hoy no ha venido a trabajar nadie, ¿dónde se va a trabajar? si no quedó nada en pie. Está todo en ruinas”, afirmó la mujer, que se acercó al centro a ver los trabajos de desescombro del edificio donde también trabajaba su marido, dueño de una tienda de informática.
Varios testigos afirmaron que un grupo de trabajadores de una oficina asistía a una clase de informática en el momento del siniestro y se cree que esos alumnos constituyen la mayoría de los desaparecidos.
Un obrero, identificado como Alexandro da Silva Fonseca Santos, aseguró que salvó la vida porque se encontraba en un ascensor, cuya estructura aguantó y le protegió del desplome del edificio.
El alcalde de Río, Eduardo Paes, informó que prácticamente se ha descartado la hipótesis de que el accidente haya sido causado por una explosión de gas.
La causa más probable, según dijo Paes y corroboraron los bomberos, fue un problema de estabilidad en la estructura del edificio de 20 plantas, que era antiguo, construido hace unos 70 años, según el historiador Milton Teixeira.
Dos plantas de ese edificio estaban en obras, que carecían de permiso oficial, según dijeron las autoridades locales, que sospechan que este hecho podría haber afectado a la estructura.
Un trabajador del edificio, Víctor Ferreira, afirmó a Efe que de sus 35 compañeros de oficina, seis se quedaron en la empresa por la noche y alguno aseguró que iba a trabajar hasta tarde.
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