Bernardino Calle Tupa
Cuando los niños y las niñas leen bien, aumenta increíblemente su aprendizaje durante sus vidas y surge un potencial bastante grande en el futuro de su desarrollo. Pero cuando sucede lo contrario y los niños leen muy pobremente, se les cierran las puertas, lo mismo que sus posibilidades, la escuela y el aprendizaje se vuelven más bien una carga o algo peor. Como resultado, los niños que no saben leer bien, cuando sean adultos van a sufrir. La investigación demuestra que existen condiciones bajo las cuales a los menores les llega a gustar la lectura, y dichas condiciones se las debe aprovechar desde muy temprano.
Aprendiendo a leer y escribir:
un lugar para comenzar
Las familias que dan importancia a la lectura, escritura y a la forma de hablar, ofreciendo amplias oportunidades para la lectura de libros de cuentos, tienden a crear hijos que desde muy temprano son competentes en la lectura. Es fácil ver por qué es esencial que las familias y los demás encargados del cuidado de los niños, se esmeren en crear un ambiente donde se goce de las lecturas y donde se comparta los libros.
A la edad de cuatro o seis meses, los infantes pueden enfocar su vista en los dibujos, y se empieza a desarrollar la coordinación de sus ojos con las manos. Este es un buen tiempo para introducirlos en los libros, señalándoles las cosas. Al final del primer año, muchos infantes pueden señalar por sí mismos esas mismas cosas. Este es un paso muy importante en el aprendizaje del lenguaje.
Los libros cortos y familiares tienen mucho atractivo para los niños. El ritmo y la repetición de los poemas para infantes, por ejemplo, hacen que los niños sientan como si las palabras y los sonidos fueran sus amigos. Conforme leen una y otra vez sus libros favoritos, se desarrolla otro paso importante, el de juntar el sonido de la palabra con la palabra escrita. Los ritmos y los sonidos de los que los niños gozan cuando son infantes llevan consigo un valor mayor de alegría: les ayudan a construir su sensibilidad hacia los fonemas, un conocimiento crítico en el aprendizaje de la lectura.
Los niños antes de ir a la escuela necesitan de cercanía y cariño. El calor, el compartir personal de uno mismo con un libro y con su niño fomenta en los menores el amor a la lectura. Es buena idea dejar que los infantes lleven la pauta en la lectura, dejándolos que escojan los libros y los lugares donde quieran leer. Hay que ser muy generosos en el tiempo que se les dé a los niños para que vean bien los dibujos; así es cómo van aprendiendo pistas del cuento que van leyendo.
El ambiente de familiaridad que se va desarrollando en los niños cuando se comparte cuentos con adultos que se preocupan por ellos, es el mejor regalo que las familias y quienes cuidan a los niños, pueden ofrecerles, ayudándolos a emprender un excitante viaje en la carrera de su aprendizaje.
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