[Luis S. Crespo]

El Día Histórico - 31 de enero de 1754

Nacimiento del Dr. Pedro Nolasco Crespo Gómez y Díaz


Parte I

Los primeros años de su vida

El 31 de enero de 1754, día de San Pedro Nolasco, el cura de la parroquia de San Sebastián de La Paz, bautizó a un párvulo del día, hijo legítimo de don Manuel María Crespo y Díaz (español) y de doña Catalina Gómez (limeña), a quien le puso el nombre de Martín Pedro Nolasco María.

En temprana edad, Pedro Nolasco viajó con sus padres a Lima, y en esta ciudad recibió su primera educación. En las aulas descolló por su aprovechamiento, demostrando muy luego una clara inteligencia y un interés por asimilar los escasos conocimientos que se daba entonces a los educandos. Una disertación sobre “las causas de la decadencia de la vida humana” le valió una honrosa referencia del rector de la Universidad de San Marcos y el nombramiento de profesor de ciencias físicas y naturales del mismo colegio en el que se instruía.

En 1775 obtuvo la toga de abogado y ejerció ese cargo en las reales Audiencias de Lima, Chile y Charcas. Luego ingresó a la facultad de medicina, en la misma universidad de Lima; pero la muerte de su padre lo obligó a volver a su ciudad natal, sin haber terminado sus estudios.

Sus obras científicas y literarias

El Dr. Crespo había recibido de la naturaleza las dotes de una clara inteligencia, de una vivacidad poco común y de un ingenio sobresaliente, hasta llegar a ser considerado como uno de los pensadores más notables del Perú en el último tercio del Siglo XVIII, y como uno de los naturalistas más entendidos de aquella época. Dedicado con ahínco al estudio de la literatura y del buen decir y a las ciencias naturales, produjo obras de grande importancia, que gozaron de bastante popularidad entre los centros científicos de aquellos tiempos.

Entre las obras literarias que escribió citaremos la “Loa que al mérito del brigadier don Sebastián de Segurola, compuso por vía de Epitalamio”, pieza que, como dice don José Rosendo Gutiérrez, puede ser considerada como el primer ensayo del drama en La Paz y es una curiosa muestra de la literatura colonial del Siglo XVIII.

“La venganza de una mujer”, es otra de las producciones literarias del Dr. Crespo. El argumento tiene mucho de fantástico y domina en él el misticismo propio de la época en que fue escrito.

Su labor científica es más vasta y trascendental. Sus trabajos sobre historia natural, agricultura y medicina, basados en estudios experimentales y de propia observación fueron considerados como las primeras y mejores producciones de un ingenio altoperuano, que había dedicado sus esfuerzos a esas ramas sin más estímulo que su inclinación natural espontánea.

Una ligera referencia de sus principales escritos puede resumirse así:

“Las causas de la decadencia de la vida humana”, que ya hemos citado, es una obra “donde se encuentra mucha doctrina y esmero para probar que la longevidad de los hombres en los primitivos tiempos provenía de que su estado de lactancia duraba varios años sin bajar de tres; y sin que el alimento natural dado por las madres se mezclase con otros que el de la leche de algunos animales en ciertas épocas”.

En 1791 escribió un trabajo relativo al flujo y reflujo de los mares; en otro expuso varias conjeturas sobre el origen de los vientos.

Otro importante trabajo de este sabio es el relativo a la “Coca de los Yungas” y de la que dice que es mejor que el tabaco para la marinería y que la hoja bien guardada en tarros duraría mucho y que en el porvenir será el vegetal del que más uso se haga en Europa para el mantenimiento de las tropas y de la gente ocupada en trabajos de esfuerzo muscular e intelectual.

Es muy interesante su estudio sobre la Cascarilla, y las indicaciones que hace acerca de sus aplicaciones en la industria y en la medicina.

Otro trabajo no menos meritorio es el referente a las “Ruinas de Tihuanacu”, de las que hace una descripción tan completa como nadie la ha hecho antes ni después. Crespo da su opinión sobre el destino que debieron haber tenido todos y cada uno de los edificios y monumentos de piedra con acertadas deducciones y explicaciones que sirven de guía a quien quiera estudiar con algún detenimiento aquellas obras arqueológicas.

El Dr. Crespo fue autor también de un “tratado de teneduría de libros por partida doble y simple para el uso de las cajas reales”.

Pero la obra monumental de este escritor es, sin duda, su “Tratado de la naturaleza, calidades y grados de árboles frutos, plantas flores, animales y otras cosas raras del Perú y sus aplicaciones medicinales por los indios de estos reinos”. Esta obra, que en su original la poseemos, no es sino lo que podríamos llamar una farmacopea peruviana tan completa como creemos que no existe otra igual.

La mayor parte de los escritos del Dr. Crespo se publicó en el “Mercurio Peruano”, notable revista limeña que por muchos años reunió en sus páginas todo lo que habían producido los grandes escritores de la América y especialmente del Perú en la segunda mitad del Siglo XVIII. El Dr. Crespo perteneció como miembro foráneo a la sociedad literaria “Amantes del Saber”, fundada en Lima en 1729.

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Reinició sus ediciones el primero de septiembre de 1971.

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