Al parecer la naturaleza tiene algún plan oculto para que nadie se envanezca, ni de sus triunfos ni de los triunfos de sus hijos ni de nadie en particular, y para asegurarse de que mantengamos la cabeza en su lugar, nos ha dado un dolor oculto en el corazón, del cual no podemos vanagloriarnos y los que lo hacen, deberían pensarlo dos veces antes de hacerlo, pues nadie conoce los giros que puede dar la vida y no es bueno envanecerse en base al dolor y al sufrimiento ajenos.
Los dolores ocultos del alma son sentimientos de frustración de papás y mamás honestos que se han propuesto dar lo mejor de sí para que sus hijos desarrollen y sobresalgan en la vida; sin embargo, las cosas no siempre nos salen como las queremos o como las hemos planeado en el pasado, y cuando las realidades se materializan de modos no esperados, sucede el dolor de la desilusión y de la decepción.
De tiempo en tiempo, nosotros, los seres humanos, nos vemos obligados a aceptar la nueva realidad que llega a nuestras vidas y cuando nos negamos a ello, simplemente, quedamos estancados en el pasado, igual que esas viejas fotografías de glorias pasadas de personajes que ya no están en este mundo y que no tienen ningún significado para nosotros en el tiempo actual.
Cuando se da el caso de que, por cualquier razón o circunstancia, acabamos con uno o más dolores en el corazón, o dicho con más propiedad, en el cuerpo emocional, lo que debemos hacer es eliminar dicho dolor a través de un proceso que implica la evocación sistemática y repetitiva del dolor, comenzando a relatarlo con una descripción basada en el lenguaje, mayormente sensorial.
La evocación sistemática es un proceso terapéutico natural, que va sacando las experiencias sumergidas y reprimidas en el inconsciente hasta llevarlas al campo de la conciencia, donde pueden ser re-experimentadas, actualizadas y re-archivadas.
Los dolores que tenemos en el alma o en el corazón son dolores que tienen que ver con nuestra misión en la vida y con los deseos de nuestro amor para los seres con los que realizamos la aventura de vivir y con los cuales existen profundos lazos de amor.
Cuando estamos asociados con algún profundo dolor o con algunas emociones dolorosas, nos resulta muy difícil ser analíticos, pues es esa misma vinculación que nos impide analizar nuestra situación para conseguir un enfoque de orientación y encontrar el conocimiento que nos permita saber, qué hacer exactamente para ponerle una solución a nuestro dolor.
Si hubiera una “farmacia del alma”, podría devolverle la salud a nuestro ser interior, pero más que salud, es conocimiento, sabiduría y acciones específicas lo que necesitan las personas, para poder conocer su problema o su dolor; puntos de vista nuevos y decisiones filosóficas nuevas, que les permitan entender la situación y liberarse de fantasmas mentales como el fantasma del “qué dirán” que a personas con una respetable inteligencia las convierten en “personas acomplejadas y reprimidas” por el simple miedo o complejo al qué dirán.
Para que nuestro amable lector pueda reducir de alguna manera ese profundo dolor de su alma o de su corazón, haga los siguiente: Recuéstese, cierre los ojos y tome tres respiraciones profundas, luego aquiete su cuerpo y deje de pensar; a continuación diga: “Cuando diga cancelado y borrado, este dolor va a quedar cancelado, borrado o disminuido”, a continuación relátese para sí mismo las características de dicho y dolor y relátese una y otra vez durante quince o veinte minutos y después diga cancelado y borrado, los resultados se podrán apreciar de inmediato y los resultados más profundos después de tres días más o menos.
Sugerencia: “Querido lector, le ruego que pase la voz de que estos artículos se publican todos los días y se los puede coleccionar para formar su propio libro de herramientas de poder personal”.
Afirmación del día: “Yo soy la vista perfecta”.
Ejercicio: Recostado y en silencio repita solo en su mente durante diez minutos la palabra: “Gozo de salud abundante y estable”.
Nota importante: Los programas de cambio y mejoramiento de las conductas de treinta días producen personas positivas y sensatas capaces de responsabilizarse de sus vidas y de sus estudios.
Si desea tener una conversación con el autor o una consulta acerca de cualquier problema, llame a los teléfonos del encabezado desde las 8.30 de la mañana (2488284 – 72513317), los problemas sólo se resuelven cuando se los afronta con seguridad.
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