Cuando la pasión se confunde

Presentarles algunos conceptos sobre los partidos disputados anoche en la liga o de Real Potosí en la Libertadores era casi una obligación, sin embargo para nosotros era imposible aislarnos de un fenómeno que dejó sorprendidos y acongojados a todos quienes le prestamos un poco de atención a la noticia que continúa provocando debate en todo el mundo.

Escuchar de desgracias en escenarios deportivos no es noticia nueva, han sucedido tragedias en varias oportunidades por sobreventa de entradas , infraestructura en malas condiciones, salidas de emergencias bloqueadas etc.

Pero hablar de al menos 75 fallecidos y varias centenas de heridos por enfrentamientos entre hinchas luego de un partido de fútbol es un tema que como ciudadanos del mundo nos tendría que preocupar en buscar explicaciones y luego soluciones respaldándonos en ramas científicas.

La psicología Social es el estudio científico de cómo los pensamientos,.. sentimientos y comportamientos de las personas son influenciados por la presencia real o imaginada de otras personas, esta rama de la ciencia trata de buscar explicaciones para barbaridades de este tipo.

¿Se podrá establecer en algún momento porqué los patrones de comportamientos de los individuos en los grupos, los roles que desempeñan y todas las situaciones que influyen en su conducta sufren estas terribles alteraciones? Todo grupo adopta una forma de organización dictaminada por la misma sociedad con el fin de resolver de la mejor manera los problemas de la subsistencia o supervivencia. Pero... ¿basta con culpar a las sociedades por el comportamiento de sus integrantes? En Argentina matan por un “trapo” que en los códigos de cancha son las banderas de cada hinchada las mismas que sirven de trofeo cuando las roban o las ganan en peleas, éstas nunca se lavan ya que son más valiosas si llevan por siempre marcas de sangre.

El elemento esencial de la violencia es el daño, éste causa destrucción en medidas inimaginables cuando se ven potenciadas por odios, controversias , polarizaciones y revanchismos. Lo complicado es relacionar todo esto con una disciplina tan hermosa como el fútbol, llegar al punto de asesinar a un semejante por llevar una camiseta con colores diferentes al nuestro habla sin lugar a dudas de una decadencia total en valores universales fundamentales que van minando de la peor manera un mundo y sus relaciones.

Ante este oscuro panorama inevitablemente pienso en mis tres hijos y ruego que esos niveles de tensión tarden mucho tiempo en llegar a nuestra realidad.

Específicamente donde fue, entre quiénes y porqué, seguro mis compañeros se lo cuentan en páginas interiores pero les digo sinceramente que luego de esta salvajada me sentí con mucha vergüenza de ser “humano”.

Turco Berdeja