Mejor a dos toques

Casi acostumbrados a ver a través de la televisión cómo los rivales nos pasan por encima, la segunda etapa del compromiso entre Real Potosí y Flamengo nos dejó más tranquilos, porque en ningún momento presumíamos que llegaba la goleada.

Con seguridad que lo visto tiene varias causas, entre las que debemos incluir definitivamente el hecho de que los realistas comenzaron a jugar a dos toques, no de primera, y los brasileños se resintieron porque no es común que los rivales empleen su arma preferida: el control de la pelota.

Jugando a un toque la historia pudo ser mucho más complicada, sobre todo porque no todos los futbolistas nacionales, o que militan en equipos nacionales, tienen la suficiente técnica y en más de una ocasión se regala la pelota al rival.

Los dos toques le permitieron al conjunto dirigido por Víctor Zwenger tener un poco más la pelota, y con la pelota en los pies siempre se puede generar una sorpresa, como muchas de las vistas ayer, sobre todo, en los segundos 45 minutos.

Además, el juego a dos toques, que no es muy común en el fútbol europeo, por ejemplo, incrementa la seguridad de los jugadores, que poco a poco agarran confianza y son capaces de recordar cómo jugaban en el potrero, sin tantas ataduras por el resultado.

Es evidente también que las posibilidades de perder la pelota aumentan con este tipo de planteamiento, como ocurrió dos segundos antes del segundo gol del Flamengo, cuando el lateral potosino intentó controlar la pelota, que bien pudo mandar a las tribunas.

El balón recuperado por el atacante se transformó, para nuestra pena, en el segundo gol brasileño y en la eliminación.