na de las actividades más abundantes que cada ser humano practica a lo largo de su vida, es la comunicación.
El tipo de comunicación que usted practica, determina su destino y los diferentes estados y resultados que va obteniendo en la vida.
La forma en que nos comunicamos con los demás, en general es respetuosa y relativamente buena; sin embargo, la forma que tenemos de comunicarnos con nosotros mismos, suele ser diferente, las palabras que no toleraríamos escuchar de otras personas, nos las decimos a nosotros mismos con una total irresponsabilidad, sin llegar a darnos cuenta de que a veces actuamos como si fuéramos nosotros mismos, nuestros peores enemigos.
Hoy tendrá dos tareas específicas, si lo desea, para que consiga restaurar su poder comunicativo y su dignidad interior para lograr, de esta manera, sentirse bien, completamente bien en cualquier momento de su vida; la primera tarea será la de oír todo lo que usted mismo se dice verbalmente o mentalmente y descubrir cómo había sido su comunicación verbal con usted mismo; la segunda tarea, presenciar todas las imágenes mentales que se ofrece a sí mismo.
Bastará unos instantes para que haga el ejercicio y obtenga una muestra del tipo de comunicación que usted practica consigo mismo.
Una buena comunicación pude crear armonía, entendimiento, salud, bienestar y decisiones amorosas; una buena comunicación puede sanar el alma y devolverle la paz al espíritu de la persona y de la familia; en cambio, la comunicación deficiente y ordinaria, produce toda la gama de conflictos, peleas y formas de infelicidad que van distanciando de manera inexorable a la familia.
Para iniciarse en el papel de auto-restaurador de la comunicación consigo mismo, debe tomar conciencia de que se está comunicando consigo mismo, y debe transformar las palabras negativas en positivas, las frases desalentadoras por frases estimulantes y llenas de buena voluntad; pruebe a decirse palabras más bonitas y optimistas, dese aliento y esperanza, felicítese a sí mismo y decídase a pasar un día de vida con agrado y alegría; de aprender conocimientos nuevos y de practicar el arte de hacer acciones y actos con agrado y alegría de existir y de vivir.
Respecto a sus imágenes mentales negativas, proceda a convertirlas en fotos blanco y negro colgadas en el museo de la mente, donde ya no tendrán poder para hacerle sentir mal; nos vemos en el artículo de mañana.
Ejercicio: Recostado y en silencio repita solo en su mente durante diez minutos las siguientes palabras: “Aprendo a tratarme con respeto a mí mismo”
Nota importante: Los programas de cambio y mejoramiento de las conductas de treinta días producen personas positivas y sensatas capaces de responsabilizarse de sus vidas y de sus estudios o de sus asuntos con las habilidades mentales y corporales que se aprenden.