Mucho ruido, pocas nueces

Los referéndums, según los efectos jurídicos, pueden ser DECISORIOS cuando el resultado se hace efectivo y vinculante cuando provoca cambios obligatorios, y CONSULTIVO cuando el resultado implica únicamente la manifestación popular (le pregunté, ya sé lo que piensa, pero todo sigue igual).

Bolívar propone una consulta popular, todavía sin mucha claridad legal, para decidir si el empresario Marcelo Claure continúa destinando millones de dólares a este club y si Guido Loayza continúa al frente de la entidad.

Me da la impresión que el tema se está manejando demagógicamente, en ciertos aspectos, tratando de darle cierta validez y fortalecimiento a una posición que considero, no la necesita. Los actuales dirigentes buscan un respaldo pseudo popular para contrarrestar o manejar un argumento más, en desmedro de quienes critican a la actual administración, que, por cierto, no son muchos.

La convocatoria al referéndum pierde sustento y credibilidad en el momento en que otra vez circunscriben su alcance sólo a quienes están inscritos en el famoso libro de Plaza Avaroa. Recordemos que Don Guido, en un universo de 570 socios habilitados, fue reelecto con 299 votos y más de 200 no le tiraron pelota a este tema. Estas cifras son muy pobres cuando permanentemente se habla del club más grande del país o, al menos dialécticamente se presenta como incongruente.

Bolívar es una institución que por obligación histórica tendría que replantear su sistema de relación con el hincha, haciéndolo más de puertas amplias y abiertas que de puertas cerradas, tendrían que ser miles de miles de miles los convocados, como los que acuden al Siles en cada uno de los partidos que juegan los celestes, los que participen de eventos de esta naturaleza, porque allí radica su fuerza, en la identificación que se logra con el club, en la importancia que le dan a su participación y alejar el concepto que soy bueno sólo para comprar una entrada y engrosar recaudaciones, pero no tanto para opinar.

No se tendrían que poner tan nerviosos. Bolívar hizo un buen negocio con Claure, no sé si Claure con Bolivar.

Bolívar y Baisa sufren de convulsiones y severos ataques de caspa cuando un par de dirigentes o socios colocan mantos de duda sobre la transparencia, inversiones, contratos y demás. A pesar que los reconocen como un grupo ínfimo, mínimo, sin representación, incapaz de formar una fórmula, hay que darles el crédito de tener grandes habilidades provocadoras o buenas estrategias mediáticas que lograron como resultado sulfurar a la actual dirigencia, en otras palabras, lograron su objetivo, romperles bien las pelotas, en términos futbolísticos.

Turco Berdeja