La salud en Bolivia, un indicador de retraso social

I.- Como médico salubrista y profesional boliviano puedo afirmar que las condiciones de salud y las sanitarias, tal como lo demuestran las estadísticas nacionales y los indicadores epidemiológicos, de servicios y de recursos humanos que los organismos internacionales cooperantes en salud, como son la OMS, OPS, UNICEF, UNFPA, manejan, nos colocan entre los países con menor avance en cuestiones de salud y lejanos a cumplir para el año 2015 los Objetivos y Metas del Milenio.

Reflexionando sobre el porqué de esta situación, obligatoriamente como médico debo buscar las causas de la “enfermedad crónica de la mala salud en Bolivia” y ello me lleva, como si fuera nuestro país un paciente, a hacer una anamnesis y tratar de identificar las causas.

Lo primero es que el Estado boliviano que tiene el mandato, por las Constituciones del pasado y la actual, de reconocer que “la salud es un Derecho y atenderla es su deber”, no está cumpliendo con esta condición, como lo demuestra la realidad nacional al analizar el gasto público social y el gasto público en salud, que en el contexto latinoamericano nos sitúa en el grupo de países con menor gasto en salud y los más pobres, hablando de sanidad. Es difícil pretender buenos sistemas sanitarios si el Estado no otorga con justicia presupuestos razonables a los sectores que contribuyen a determinar la salud de los pueblos, como son educación, alimentación y ambiente.

La formulación de las Políticas de Salud queda bajo responsabilidad de los mal llamados Ministerios de Salud, ya que los mayores gastos de sus exiguos presupuestos son para cubrir los costos administrativos, de recursos humanos o los orientados a curar enfermedades, dejando muy poco para acciones como la promoción de la salud, la educación sanitaria y la prevención de enfermedades.

En el caso actual de Bolivia, nuestro Ministerio es de Salud y Deportes, que se responsabiliza de esos dos aspectos del campo social, que si bien son complementarios, requieren de políticas diferenciadas para conseguir su desarrollo. Especialmente requieren estar conformados por personal idóneo, capaz de formular políticas específicas que generen verdaderos programas técnicos que impacten en la salud de la población, así como constituir sistemas y servicios de salud que atiendan de manera eficiente; o la organización de políticas y estructuras que normen y guíen la práctica del deporte en Bolivia.

Al analizar las condiciones de salud en las Américas vemos que estamos ubicados junto a Haití y Honduras, que son los países más pobres en salud y donde los indicadores epidemiológicos, de coberturas de servicio y sociales, como la mortalidad infantil y la mortalidad materna, son vergonzosos.

En el caso de los deportes, responsabilidad del Ministerio del Salud, apreciamos que también se encuentran rezagados, como lo muestran las condiciones del fútbol boliviano. Según la última clasificación de países efectuada por la FIFA, Bolivia en el contexto latinoamericano está en el puesto décimo y a nivel mundial en el 149. En este ranking, Perú, que es el más próximo, ocupa el puesto 40. Qué podemos decir de otros deportes como básquetbol, voleibol, atletismo, pues ni siquiera somos parte de iniciativas latinoamericanas y mucho menos mundiales; y eso que tenemos un Presidente y un Vicepresidente a los que les gusta practicar el fútbol.

Creo que necesitamos orientar a los gobernantes para que organicen un verdadero Ministerio de Salud, que se ocupe de la salud y una otra instancia que se ocupe del deporte, en caso contrario estaremos siempre a la cola en salud y en deportes.