La ola de frío polar que ya causó la muerte de al menos dos centenares de personas se intensificó ayer en Europa del Este y avanzó más hacia el Oeste. La temperatura descendió a 37 grados Celsius bajo cero en el Norte de Eslovaquia y socorristas debieron excavar a través de la nieve en caminos montañosos para rescatar a autobuses de pasajeros varados en los Balcanes.
En Rumania, 80% del río Danubio se congeló, pero la mayor preocupación eran los niños en el segundo país más pobre de la Unión Europea. Cuando llegó el frío, su situación fue de mal a catastrófica, según informes difundidos por diversos medios de comunicación.