Distribución directa de las riquezas

Con nuevos estudios, coloquios y encuestas, Roberto Laserna, presidente de la Fundación Milenio, renueva su propuesta para que se ponga freno al rentismo improductivo y se abran las compuertas de la distribución directa de las riquezas a la población en general.

Pareciera una utopía formular un planteamiento tan ambicioso, pero las experiencias reiteradas que tiene el país de no resolver el problema capital que tiene, como es la pobreza, confirma la validez de la iniciativa. En el período democrático que vive Bolivia, aunque con sobresaltos y diferencias contrapuestas, como la actual, los distintos signos políticos que detentaron el poder no resolvieron el mayor problema social que confronta el país y que debería ser punto nodal de cualquier gestión.

Con una mayoría abrumadora de pobreza, estimada en el 60%, ningún programa de gobierno funcionó y ahora mismo, con el acento de ser populista, tampoco lo hace. (Una modesta reducción reciente del desempleo es más producto de la inercia, que el efecto de un accionar sistemático de solventar la crisis del empleo).

El libro de Laserna cuenta con la colaboración de los prestigiosos investigadores José M. Gordillo y Jorge Komadina. Se trata de una tercera versión corregida y aumentada del libro titulado “la Trampa del Rentismo… y cómo salir de ella”.

La lectura de la obra, de 180 páginas, ilustra de forma clara y objetiva los distintos episodios históricos que han afectado al país desde el 2000, pero en esencia desarrolla lúcidamente la propuesta de que la riqueza del gas natural no debe ser dilapidada en el gasto corriente y dispendioso, incluso corrupto. Plantea que los bolivianos deben ser los directos beneficiarios de esta y otras riquezas naturales que tiene el país, con la finalidad de extraer del atraso a miles de seres que hoy se debaten en la pobreza y la miseria, sin que nadie les haga vislumbrar otro horizonte.

Como sociólogo y economista que es, Laserna tiene la enorme ventaja de incidir con plena autoridad en estos temas cruciales de la época y, sobre esta base, de rigor y experiencia, la propuesta de distribuir en forma directa la riqueza, más o menos al modo del bono Dignidad, originalmente Bonosol, abunda en bases consistentes y sólidas, pese a discrepancias naturales que pudiera suscita una idea tan desafiante y retadora.

En el fondo, lo que propugna es salir del rentismo, “propietarizando” la actividad de los beneficiarios. La hipótesis fue planteada inicialmente en un taller de reflexión convocado por la oficina nacional del Banco Mundial, donde se concluyó que “Bolivia sufre prácticas y comportamientos rentistas que inhiben el desarrollo en el país de una economía capaz de generar riqueza y distribuir de una manera eficiente y equitativa los escasos recursos…”.

Entre las fórmulas que tiene Laserna y otros estudiosos sobre el rentismo, de modo sintético, se expone que “la concentración de rentas en un Estado, que es institucionalmente débil, aumenta mucho la probabilidad de que parte de esas rentas sean desviadas por la corrupción o por inversiones de escasa relevancia y efecto económico que resultan más bien en despilfarro de recursos…”.

Los cuatro rasgos de los hábitos rentistas en Bolivia son el rentismo propiamente dicho, el estatismo, el clientelismo y el corporativismo. Cuando estos componentes se asocian, tienden a reforzarse mutuamente y a adquirir, en conjunto, extraordinaria fuerza social y política que reduce las posibilidades de deliberación y tolerancia en la práctica política.

El libro abunda en razonamientos, sondeos de opinión e investigaciones en distintas regiones del país, en casos con resultados diferentes, atribuibles a factores locales. Aparte, refiere que en otros países se está aplicando esta modalidad de combatir efectivamente la pobreza.

La distribución directa de las rentas, no sólo podrían ser del gas, sino de la minería y hasta del suelo y del agua. De hecho, crearía también la capacidad tributaria suficiente, con lo que las entidades públicas contarían con más recursos para cumplir sus fines.