Policías en huelga no ceden y se registran 81 homicidios

Brasilia, (Agencias y EFE).- Los policías que están en huelga desde el pasado martes en el estado brasileño de Bahía anunciaron ayer que mantendrán la paralización en demanda de mejoras salariales, pese a una ola de violencia en medio de la que ya se han registrado cerca de 81 homicidios. Se enviaron alrededor de 2.600 agentes federales para restablecer el orden.

La justicia de Bahía declaró ilegal la huelga y ordenó el arresto de 12 dirigentes de la protesta que provocaron, además de asesinatos, robos y saqueos. En cuanto a los agentes policiales que participen de estos delitos, se anunció desde el mismo Gobierno de Brasil que serán juzgados con penas graves. Por ahora, sólo se detuvo a uno de los líderes de la huelga, mientras que un grupo de sus compañeros se atrincheró en la sede del legislativo estatal a la espera de una negociación con las autoridades.

Por su parte, el jefe del Ejército, el general Enzo Martins, precisó que a los 2.600 efectivos del Ejército brasileño, la Marina y la Fuerza Nacional de Seguridad que asumieron el control de la zona, se le sumarán 900 hombres más, buscando de esta manera retomar el control de Bahía, una de las ciudades más pobladas de Brasil.

Aunque la presencia de las Fuerzas Armadas aumentó la sensación de seguridad en las playas y en los barrios turísticos, no ocurrió lo mismo en los periféricos, donde los índices de homicidios casi se duplicaron durante los cinco días de huelga policial. Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública, desde la noche del sábado se registraron 22 homicidios en todo el estado, 14 de ellos en barrios periféricos de Salvador y región metropolitana.

La huelga fue decretada en la noche del martes por la Asociación de Policías y Bomberos de Bahía (ASPRA), en demanda de mejoras salariales y laborales. A pesar de ello, fue decreta ilegal, dado que el Estado no considera a la asociación como representante de la Policía, además, sus líderes siguen siendo buscados.

El gobernador de Bahía, Jacques Wagner, atribuyó muchos de esos desmanes a los propios policías y aseguró que no discutirá sobre sus demandas hasta que no cedan y regresen a sus puestos.