Agenda binacional: lo que se pretende ignorar

El 19 de julio de 2006 el presidente Evo Morales ponderó el trabajo de los vice-cancilleres Mauricio Dorfler de Bolivia y Alberto van Klaveren de Chile, por haber concretado una Agenda binacional de 13 puntos, en la cual destacan dos que serán negativos para el interés nacional.

Punto 4) Integración física

En relación con este punto, el ex gobernante cubano Fidel Castro manifestó: “Bolivia ofrece su territorio para una amplia y moderna vía Corredor Interoceánico, por donde se podrá enviar a muchos mercados del mundo los productos de la eficiente industria chilena”.

Alejandro Foxley, canciller chileno de entonces declaró: “Queremos integrarnos de verdad con Bolivia, con su economía, vamos a completar el Corredor Bioceánico en el plazo que nos comprometimos para que salgan los productos bolivianos al Pacífico y Atlántico”. Jaime Ravinet, ministro de Defensa chileno señaló: “El Corredor Bioceánico tiene que beneficiar a Bolivia y Chile y servir de puente con Brasil, para estrechar nuestro comercio con ese gigante, es una alternativa, una oportunidad enorme”.

Comentario

Es llamativo el interés de nuestro Gobierno para materializar este Corredor que uniría los puertos de Iquique en el Pacífico y Santos en el Atlántico, para beneficio exclusivo de Chile y Brasil.

Actualmente ambos países para aproximarse a sus potenciales mercados de Europa y el Asia deben cruzar el Estrecho de Magallanes y el Canal de Panamá, lo que les resulta oneroso en tiempo y recursos. Pero con la probable carretera que atraviese el TIPNIS se favorecerá el expansionismo chileno –brasileño, con insignificante beneficio para nuestro país.

Por su costo y alcance será una súper carretera para intenso intercambio comercial intercontinental, por ello no extraña que el ex gobernante brasileño Lula Da Silva haya persuadido a nuestro Gobierno a fin de que ejecute esta obra.

Además el millonario crédito que nos otorga Brasil se lo tendrá que devolver con intereses, por algo que beneficiará enteramente al consorcio chileno -brasileño. Por lo tanto, ese empréstito se lo puede considerar injusto e interesado en perjuicio nuestro.

Conceder semejantes ventajas a cambio de nada, a países que pugnan por figurar como potencias emergentes, es una barbaridad. ¿Necesitamos este Corredor?, pues al Pacífico tenemos acceso y también al Atlántico con la carretera Santa Cruz - Puerto Suárez, que nos vincula con puertos brasileños y por el Paraguay mediante el río del mismo nombre.

Punto 6) Tema marítimo

La enconces presidenta chilena Michelle Bachelet advirtió: “El tema soberanía no se toca, sostendremos un diálogo sin exclusiones, éste no implica la modificación de la política marítima sustentada en el Tratado de 1904. Los tratados son indiscutibles, insisto, respeto estricto a los tratados que son muy claros. La soberanía territorial y marítima no está incluida en la agenda”.

Alejandro Foxley, canciller chileno, aseveró: “Mejoraremos el acceso al océano Pacífico, pero no a la negociación de territorio. El tema marítimo se conversará, sin incluir la cesión de soberanía chilena. Estamos dispuestos a mejorar las relaciones sin ceder territorio, sin revisar tratados. Los tratados son indiscutibles, no vamos a mover ni un milímetro de la tesis de que el Tratado de 1904 es inmodificable”.

Comentario

Desde comienzos del diálogo bilateral, ya en el Gobierno socialista de Bachelet, nuestro Gobierno fue advertido de que Chile no cedería soberanía. Pero el vicepresidente García Linera insiste en reprochar al actual Gobierno chileno de obstaculizar el tema, lo que no es evidente. Con Bachelet, Frei, Lagos, Piñera o Lavín y los que les sucedieren, el resultado será el mismo. Es una política del Estado chileno que todos los gobiernos están obligados a cumplir, como manda su Constitución.

Conclusión

En esta coyuntura nuestro Gobierno debe adoptar medidas que neutralicen las pretensiones ajenas al interés patrio, como una suspensión de dicha obra, como respuesta a la negativa en el tema marítimo.

Del mismo modo, al haberse suspendido el diálogo con Chile la Agenda binacional queda sin efecto, argumento válido para no seguir insistiendo en una obra que beneficia exclusivamente a otros países.

La solución para las comunidades originarias del TIPNIS no es la súper carretera que estará congestionada, con la consiguiente contaminación. Lo que requieren estas poblaciones nativas son carreteras vecinales que el Gobierno puede proporcionarles.

Lamentablemente, nuestra Cancillería y la Asamblea Legislativa no han estudiado seriamente el tema en cuestión, exponiéndose a ser juzgados por la historia. En suma, este tema no se la puede considerar solamente como regional, por lo tanto es imperativa una consulta nacional a la brevedad posible.