La Constitución de Cadiz en su bicentenario

El bicentenario de un acontecimiento histórico trascendental, como fue la promulgación de la Constitución de Cádiz, de marzo de 1812, se conmemora en España este año. En particular, la recordación de los 200 años de esa Constitución se refiere a que, además de tratarse de la primera Constitución promulgada de España y ser una de las más liberales de su tiempo, España pasó a constituirse de Estado absolutista en uno constitucional y al mismo tiempo que declaró la igualdad de derechos, su aplicación se extendió a “ambos hemisferios”.

En esa forma, el nuevo Estado nacional de España dispuso que los territorios americanos se integrasen al nuevo Estado como “provincias”. Al mismo tiempo, la Corona perdía no sólo el privilegio absoluto sobre los individuos, sino también las rentas de todo el continente americano.

La asamblea de Cádiz realizó sus deliberaciones desde agosto de 1811 hasta marzo de 1812 y las discusiones se desarrollaron en pleno asedio a esa ciudad por tropas francesas. Era una urbe superpoblada, con refugiados de toda Europa y una epidemia de fiebre amarilla. En esos momentos, gran parte de España estaba bajo el gobierno del francés José I de España, el resto en manos de juntas interinas y los virreinatos en completa confusión y vacío de poder causado por la invasión napoleónica. Contó con la presencia de unos 300 delegados latinoamericanos que tanto apoyaron las medidas progresistas como rechazaron algunas que mantenían el viejo sistema colonial.

El primer artículo de la Constitución de Cádiz tenía parámetros ultra oceánicos que componían en una sola nación la americana, la asiática y la peninsular. Ese texto decía: “La nación española es la reunión de los españoles de ambos hemisferios”. Sin embargo, la aplicación de esa medida fue postergada por el rechazo de los delegados americanos, ya que se trataba de una recomposición de los virreinatos y capitanías.

En sus aspectos principales, la Constitución de Cádiz dispuso el sufragio universal masculino indirecto, la soberanía nacional, la libertad de imprenta, el reparto de tierras y la libertad de industria. Al mismo tiempo, convertía en nuevos ciudadanos a los antiguos súbditos del absolutismo e incluía en su definición de ciudadanos españoles no sólo a los europeos, o sus descendientes americanos, sino también a las castas y a los indígenas de los territorios de América.

Durante las deliberaciones fueron hechas proposiciones de mayor visión y hubo propuestas encaminadas a abolir el entramado colonial y poner las bases de un mercado nacional con dimensiones hispánicas que abarcaran a los territorios de América, con reducción de aranceles a los productos americanos, apertura de más puertos coloniales para el comercio y otros. Esas sugerencias tuvieron notable efecto en las colonias americanas.

En esa forma, en general, la Constitución de Cádiz en un ambiente conservador, tuvo alcances revolucionarios que provocaron la contrarrevolución monárquica que retornó al gobierno en 1814, restaurando al rey Fernando VII, quien, de inmediato, disolvió las Cortes, derogó la Constitución y ordenó la detención de los diputados liberales. Entonces retornó el absolutismo y Fernando VII fue proclamado como rey absoluto y extendió su poder con mayor energía sobre los pueblos americanos, en especial el Alto Perú, por medio del Virreinato de Lima.

Esa actitud provocó una reacción cada vez más centralista entre los liberales españoles y al mismo tiempo agitó el nacionalismo en pueblos americanos que, finalmente, optaron por la insurrección armada, aunque ya se habían producido las revoluciones libertarias de Chuquisaca, La Paz, Buenos Aires y otras ciudades. Se debe anotar que cuando se aprobaba la Constitución de Cádiz, en Cochabamba estaba en desarrollo la segunda revolución libertaria de Esteban Arze y Mariano Antezana, quienes, con sus diversas medidas, estaban poniendo en práctica las disposiciones constitucionales que se estaban aprobando en Cádiz.