Produciendo ‘Viaje 2. La Isla Misteriosa’

Viaje 2: La Isla Misteriosa fue filmada en locaciones en Oahu, Hawái. La isla proporcionó diferentes tipos de terrenos, desde la costa arenosa y valles neblinosos, hasta cuevas y montañas volcánicas. Los sitios incluyeron el Valle de Waimea, Heeia Kea, China Walls y Kualoa Ranch, que ha servido para numerosas producciones para cine y televisión, así como Halona Beach Cove, popularmente conocida como Eternity Beach por ser el lugar que se hizo famoso gracias a Burt Lancaster y Deborah Kerr en From Here to Eternity.

Aunque nació en San Francisco, el héroe local Dwayne Johnson dice: "Crecí en Hawái, alrededor de una hora de donde filmamos y fue maravilloso regresar. En ese entonces, cuando tenía 13 ó 14 años, me encantaba ir al cine y tenía grandes sueños. Así que regresar a Hawái y filmar una gran aventura fue una bendición".

Los realizadores también usaron un estudio en Carolina del Norte para completar algunas escenas, comenzando por el accidente del helicóptero. Las tomas posteriores fueron filmadas en Eternity Beach, pero la caída en espiral bajo la tormenta que lo hace desplomarse fue filmado en un plató, con ayuda de lo que el supervisor de efectos especiales Peter Chesney llama "una especie de montaje de juguete de hojalata, construido alrededor de un resistente armazón de acero con una extensión de aluminio".

Otra de las escenas espectaculares de la película fue una batalla aérea donde los cinco aventureros, montados en abejas gigantes, son perseguidos por aves aún más grandes que tratan de devorarlos. Las aves, que Sean, jadeando, identifica como vencejos antes de que caigan en picada sobre él, fueron elegidos específicamente porque los vencejos son aves que vuelan rápido y se alimentan, de hecho, de abejas. Para ejemplificar la escala, Peyton sugiere: "Piensa en las abejas como helicópteros y los pájaros como bombarderos".

El supervisor de efectos visuales Boyd Shermis, remplazó después los barriles por abejas creadas por computadora y agregó un video de fondo que su equipo filmó en el mismo lugar viajando a través y sobre las copas de los árboles usando cámaras estéreo condensadas para graduar la velocidad, el movimiento y la emoción del vuelo. Después filmó la plataforma de los Bucks y a sus tripulantes desde todos los ángulos y mezcló todo digitalmente con la acción, de modo que los actores pudieran ver fácilmente la interacción entre ellos durante la persecución.

A partir de ahí, parte de la acción fue submarina hasta el encuentro con una anguila eléctrica súper desarrollada, para lo cual, Johnson y Hutcherson agregaron un título en buceo a sus curriculums. Originalmente, los realizadores planeaban usar el tanque en los EUE/Screen Gems Studios de Wilmington, pero cuando la escena se desarrolló conceptualmente y creció en alcance, tuvieron que construir uno ellos mismos, de 24,3 metros de diámetro y seis de profundidad, para contener casi tres millones de litros.

En la superficie, a nivel del mar, la casa del árbol de Alexander, construida a mano a partir de los restos del naufragio e iluminada por frascos llenos de luciérnagas, también fue construida en el estudio. Pero una gran parte del enorme set de Atlantis fue creado en las locaciones de Hawái. El diseñador de producción Bill Boes explica: "Queríamos que fuera en una escala grandiosa, por lo que usamos pinturas opacas y efectos visuales, pero también construimos un enorme set en el Valle de Kualoa. Puesto que la isla se hunde y sale a flote constantemente en un ciclo de 140 años, incorporamos conchas y coral e indicios de vida acuática prehistórica a la escenografía".

Otra de las maravillas de la isla es un volcán que arroja lava de oro fundido, y ceniza de oro que cae sobre el grupo mientras escapan. Esto logró un efecto etéreo, que resultó especialmente complicado de alcanzar. Para evitar contaminar el prístino medio ambiente, el equipo no podía usar las herramientas estándar para este tipo de efectos, tampoco mica u acrílico. Necesitaban una alternativa orgánica e inofensiva. Tras muchas consideraciones, se decidió que la solución más simple era la mejor y optaron por láminas de oro de verdad, de 1,2 millonésimas de pulgada de grosor y suficientemente puras como para ser comestibles.

En otra momento del filme, el grupo encuentra una sorpresa mucho peor: un campo lleno de rocas sospechosamente simétricas que en realidad son huevos de reptil gigantes, lo que no descubren hasta que están en la mitad del camino, cada uno peligrosamente parado sobre un caparazón mientras la madre de la camada se abalanza sobre ellos.

"Fue una filmación físicamente demandante", concede Hutcherson. "Incluso las escenas que no requerían de dobles, una simple escalada o caminata sobre raíces de árboles podía terminar en una caída... algo que me sucedió, varias veces. De la misma manera en que la película parecerá un viaje en montaña rusa para el público, también lo fue para nosotros durante la filmación".

Una de las cosas que los realizadores esperan que los espectadores experimenten al ver Viaje 2: La Isla Misteriosa es ese sentido de asombro que Julio Verne imprimió a sus aventuras.