Una masiva concentración de los pobladores de La Asunta, distante a 250 kilómetros de La Paz, determinó frenar cualquier intento de erradicar los cocales de esa localidad y amenazó con echar de esa región a los partidarios del MAS que respalden la medida gubernamental.
El pasado 17 de enero, los pobladores de la Asunta Central habían rechazado el acuerdo entre la Confederación de Cocaleros de Los Yungas y el entonces ministro de Gobierno, Wilfredo Chávez, que determinaba aplicar esta política de erradicación.
“Esta mañana los efectivos militares se han distribuido a las comunidades y hemos ido en caravana y los hemos pillado en cuatro camionetas. Les hemos hecho la justicia comunitaria que acostumbramos hacer, los hemos wasqueado”, afirmó uno de los dirigentes a la Red de televisión PAT.
La plantación de la hoja de coca concentra la ocupación de la mayoría de los pobladores de La Asunta y ese es un factor que también analiza el Gobierno que, a través del viceministro de la Coca, Germán Loza, ratificó la decisión de continuar con la política de limpiar los cocales excedentes, aunque no descartó la posibilidad de un nuevo diálogo persuasivo.