El presidente Bashar Al Assad prometió ayer que iba a cooperar con cualquier esfuerzo destinado a estabilizar Siria y prometió a su aliado ruso cesar la violencia, en momentos en que la presión internacional se hace cada vez más fuerte sobre Damasco.
Sin ir tan lejos como Estados Unidos, que anunció el cierre de su embajada en Siria por razones de seguridad, Bélgica, Gran Bretaña, y ayer España, Francia, Italia y Holanda anunciaron un llamado a consultas de sus respectivos embajadores.
Las monarquías del Golfo decidieron, por su parte, expulsar a los embajadores de Siria en los seis países y retirar a los suyos de Damasco; mientras que Emiratos Árabes Unidos anunció el envío de “ayuda humanitaria urgente” a los desplazados sirios en los países vecinos.