El 31 de octubre de 2002 durante la presidencia de Vladimir Putin, mediante un decreto se estableció el reconocimiento al trabajo profesional de su personal en el extranjero y se creó el Día del Diplomático ruso que se recuerda cada 10 de febrero.
En 1549 surgió el Departamento del Embajador que era una entidad de política exterior de Rusia, este fue el nacimiento del servicio diplomático y pasó a formar una rama especial de la dirección estatal y se le adjudicó estatus particular.
Conforme Rusia se consolidaba como potencia en Europa se iban creando representaciones diplomáticas permanentes en los principales Estados europeos por lo que el emperador Pedro el Grande fundó el Colegio de Asuntos Exteriores.
Luego en 1802, Alexander I creó en Ministerio de Asuntos Exteriores, a partir de ese momento se definió la estructura y funciones de política exterior rusa que tiene entre sus principales funciones la defensa legal de los súbditos rusos y también satisfacer las solicitudes de extranjeros que poseen negocios en Rusia.
Al comienzo del siglo XX tras la Revolución de 1917 esta entidad fue reformada y surgió el Comisariado de Asuntos Exteriores.
Después de la Segunda Guerra Mundial el servicio diplomático soviético contribuyó con muchos esfuerzos para salvaguardar la paz y evitar una guerra nuclear.
Tras la desintegración de la Unión Soviética el Ministerio de Relaciones Exteriores continúa con sus esfuerzos para preservar la paz.
Desde el comienzo del siglo XXI la diplomacia rusa empezó a retornar hacia América Latina con muestras de cooperación mutua.
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