José Diez de Medina
II
El 28 de marzo el Ejército Unido acampó en las afueras de Potosí, se envió una unidad de patrulla a la ciudad.
Pedro Olañeta había huido de la misma, con toda su tropa, llevándose consigo 60 mil pesos de la Casa de La Moneda. El Gral. Olañeta decidió continuar la guerra y comunicó a Sucre: “que él caería combatiendo porque su honor y fidelidad al Rey así lo exigían”.
El general español envió al Cnel. Carlos Medinacelli a la fortaleza de Cotagaita, y al Cnel. José María Valdez con 500 hombres a saquear el valle hacia Chuquisaca, para reunirse posteriormente en la localidad de Vitichi. Desde Vitichi envió al Cnel. Hebia a reforzar la posición del Cnel. Medinacelli en Cotagaita. Las tropas del Gral. Olañeta iban mermando más, debido a la enorme fuerza del Ejército Unido, pero jamás imaginó que uno de sus leales oficiales lo traicionaría, en el momento más culminante de la lucha entre España y América.
El Cnel. Medinacelli enarboló en Cotagaita el pendón patriota, ofreciendo sus servicios al mariscal Sucre, prometiendo la captura y entrega de su jefe el General español. El Cnel. Hebia que iba a reforzar la posición de Cotagaita, conocedor del hecho, dio media vuelta y retornó a Vitichi, informando de la traición a Olañeta.
El General español, lleno de ira, dispuso avanzar hacia Cotagaita para castigar al traidor, ambas fuerzas se encontraron el 1 de abril, cerca a un pueblo a orillas del río Tumusla. Se dice que Olañeta tenía 700 hombres y Medinacelli sólo 300, Olañeta fue herido de muerte y a su caída, derrotado.
Aún es un misterio la batalla de Tumusla, se dice que no existió tal batalla; algún historiador afirma que hubo un solo disparo asesino, que mató al Gral. Olañeta, ocasionando la dispersión de sus fuerzas. Lo aparentemente cierto es que el Gral. Olañeta recibió un disparo fatal, hecho por un propio soldado, a cuya esposa el general había ultrajado. El general falleció el 2 de abril. La carta informe de Medinacelli no da detalles de la batalla, no hay términos de rendición, ni menciona cuánta gente pereció.
Otro cronista afirma que Sucre al conocer la muerte de Olañeta en forma tan oscura, se molestó y sospechó un sucio juego, pero de todas maneras aceptó desde Potosí a Medinacelli, asimilándolo como oficial a las fuerzas del Cnel. O’Connor.
Pero no todo había concluido, la unidad del Cnel. Valdez, llamado Barbarucho, aún era fuerte con 700 hombres, era realmente un oficial leal a Olañeta y a la Corona.
El Mariscal ordenó a O’Connor ir tras Barbarucho, con instrucciones precisas, iba contra un aguerrido y experto oficial realista (el heroico gaucho Güemes había caído bajo su espada.). Pero las fuerzas ya últimas de Valdez iban desintegrándose, en tres días había perdido la mitad de sus hombres. En esas condiciones sólo quedaba la rendición, más aún en conocimiento de que un contingente gaucho, proveniente de Salta, enviado como un refuerzo por el gobernador Antonio Álvarez de Arenales, iba subiendo a su encuentro. Era inminente su captura y posterior fusilamiento, no se podía olvidar la muerte de Güemes.
Partiendo hacia Cotagaita, en pleno trayecto Barbarucho se rindió ante el Cnel. Urdininea, quien lo envió al Cnel. O’Connor, a media noche del 8 de abril.
El 9 de abril el mariscal Sucre emitió una proclama, informando la rendición del ultimo baluarte realista en el Perú, en la misma mañana se ofició en Potosí un Te Deum, dando gracias por el feliz fin de la guerra de la Independencia.
El autor es Past Presidente de la Sociedad Bolivariana de Bolivia.
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