Uno mejor que ninguno

Montero.- La mochila de la victoria hasta un minuto antes del final pesó demasiado sobre la espalda de varios jugadores juveniles de Bolívar, que resignó dos puntos tras empatar 1-1 con el once de Guabirá.

Si bien, al final del encuentro los jugadores de la Academia protestaron por la actuación “localista” del juez valluno Guery Vargas, no es menos cierto que dejaron pasar claras opciones para convertir y retirarse vencedores de este encuentro.

Hubo una jugada clave en el partido que desequilibró la balanza. A los 40 minutos un magnífico pase en profundidad de Valverde dejó al delantero Cantero sin marca, con arco a disposición, éste en lugar de rematar en forma franca quiso hacer una gambeta al portero Viera que le ganó lícitamente; entonces el delantero se fue al piso para buscar el penal y recibió la segunda tarjeta amarilla, de manera que el juez le mostró la roja.

Los de Bolívar reclamaron airadamente porque vieron el penal, el juez opinó que era una acción teatral del delantero, que se fue sin chistar y el plantel paceño se quedó con nueve hombres. Luego llegaría el gol de los montereños, que parecía más un castigo para Bolívar que un premio para Guabirá.

Aunque Argüello pasó un sofocón en el primer minuto de juego, se ordenó bien y pasó al ataque, de manera que a los 7 minutos el juvenil Miguel Suárez definió con un zurdazo bien colocado ante la salida del portero Viera para anotar el gol de Bolívar.

A aquella jugada siguieron cinco minutos felices en los que la visita pudo anotar el segundo. A Cantero lo bajaron a la entrada al área a los 9, un minuto más tarde Valverde, de buen cometido, remató de media distancia y obligó a una gran acción del arquero local, un minuto más tarde se repitió la jugada y con los mismos actores. Sólo que esta vez el remate del bolivarista fue de un ángulo más cerrado.

A los 45 minutos el juez echó del terreno por doble tarjeta amarilla a Ariel Rivera y Bolívar se quedó con 10 jugadores. Para el segundo tiempo, con un hombre menos en el terreno y una temperatura superior a los 35 grados empezó a hacer mella en el físico de los bolivaristas. En cada contragolpe, Bolívar tenía la oportunidad para definir como Cantero a los 14 que estrelló el balón en el poste o a los 37 cuando el mismo jugador eludió al portero y luego no pudo definir. Finalmente, a los 41 llegó la jugada en la que Cantero no pudo hacer el gol, llegó su expulsión y el peso anímico sobre las espaldas del equipo.

El gol del empate, en el penúltimo minuto de juego, llegó en una acción en la que el portero celeste cometió su único error. “Fue una tontería mía”, dijo el guardameta. El rebote fue a la pierna de Doyle Vaca que marcó la conquista.

Fue empate porque Bolívar lo quiso, lo permitió o simplemente Cantero estuvo olvidado por los dioses. Al fin y al cabo uno es mejor que ninguno, pero los celestes se retiraron contrariados, porque se les cayó de la bolsa dos puntos y la actuación del juez Gery Vargas les disgustó y mucho.