Las productoras y comerciantes detallistas de coca de la ciudad de El Alto denuncian la proliferación clandestina de vendedoras ambulantes de la milenaria hoja en esta urbe, debido al escaso control de las autoridades gubernamentales.
En un recorrido realizado por Erbol en el sector de la Ceja, se cuantificó 51 puestos de venta, de ellos 23 son legales y 28 clandestinos; pero el número se incrementa en horas de la madrugada. Para las productoras, ésta es una preocupación porque les perjudica en sus ventas.
Nancy Nina, productora de coca desde hace 10 años, aseguró que el mercado está creciendo en El Alto, porque ahora hay más comercializadoras al detalle a diferencia de antes. Atribuyó el hecho a la facilidad de comprar la hoja en el mercado de Villa Fátima de La Paz y al escaso control de efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN). “Algunos compran, los detallistas compran en el mercado, ahora los productores no más van a ser los detallistas”, aseveró.
“Es fácil vender, pero no hay ganancia”, dijo Nina mientras juguetea con su hijo en su puesto de venta. Manifestó que la ganancia que obtiene por la venta de coca le alcanza para sostener a su familia compuesta de tres miembros. Ella vende en el mercado Coroico de la zona Villa Fátima de La Paz y está afiliada a la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca).
Por su parte, Ágida Muñoz, otra vendedora detallista de coca desde hace 20 años, aseveró que antes había mayor venta, pero por la proliferación de vendedoras detallistas clandestinas el negocio bajo.
“Ha aumentado (las vendedoras) sin documentos, desde hace siete años. Desde que (el presidente) Evo (Morales) ha entrado (a Palacio de Gobierno) ha aumentado, ya no hay control para la coca”, declaró.
Mientras que Carmen Colque, productora de coca, explicó que durante el gobierno de Evo Morales aumentó la demanda de consumidores de la hoja, cosa que no ocurría antes, ya que era imposible sacar una sola libra de coca del mercado de Villa Fátima y ahora una persona puede comprar hasta 15 libras del producto.
Denunció que familias íntegras, denominadas cha’qas (hormigas que trabajan en grupos), se dedican a sacar coca del mercado de Villa Fátima para vender al raleo o desviarlo al narcotráfico. “Ellos no pagan impuestos ni un boliviano, pero nosotros como productores pagamos en el mercado”, sostuvo Colque.
Entretanto, Cecilia Miranda, productora de coca del municipio de Chulumani, dijo que aumentó la oferta y la demanda de la hoja de coca en El Alto debido al escaso control de la Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin), entidad responsable de otorgar licencias. “Ellos venden la coca abultada, parece que fuera mucho, así venden; pero esa coca no es rica, nosotros vendemos la coca suave”, complementó Miranda.
A criterio de Miranda, la comercialización de coca genera ganancias que permiten sostener a la familia. Los comerciantes productores legales cuentan con puestos fijos y ofertan coca en bolsas rojas y verdes. En cambio, las comerciantes clandestinas venden el producto en bolsas negras y sin puestos fijos.
Eduardo Oropeza, jefe de la Unidad de Asentamientos del Municipio de El Alto, admitió que se incrementó el número de comerciantes clandestinas de coca, sin precisar números.
Atribuyó el aumento de comerciantes a la falta de control en el mercado de Villa Fátima. “Donde me parece que cierta cantidad está permitida para el masticado (akulliku) personal, pero esto se está dando para la comercialización y son estas personas que lamentablemente están poblando nuestro municipio en horas de la tarde”, afirmó Oropeza.
Aclaró que la repartición municipal a su cargo sólo se ocupa porque los puestos sean legales, pero la coca ilegal debe ser decomisada y destruida por los inspectores de Digcoin y la FELCN. Precisó que las comerciantes clandestinas que venden la coca en bolsas negras son destinadas al narcotráfico.
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