El comercio de garrafas bolivianas se incrementa ante la falta de control



Los vendedores de GLP pueden tener en su stock hasta 30 garrafas que son ofrecidas a los visitantes.

Entre los más de 15 mil productos que llenan las calles peruanas de Desaguadero en días de feria, el Gas Licuado de Petróleo (GLP) es el que tiene mayor interés por los visitantes debido al precio en el que es ofrecido, según verificó EL DIARIO en visita al lugar.

Una garrafa de GLP, envase y producto, en el mercado nacional al momento tiene un valor de Bs 280, lo que equivale en moneda peruana a 109 Soles, mientras que en el mencionado sector es comercializada en alrededor de 140 Soles o Bs 360.

Esto genera una ganancia de alrededor de Bs 80 en los comerciantes directos por lo que representa un importante mercado en el que prefieren incursionar los comerciantes extranjeros.

En el recorrido efectuado por el Decano de la Prensa Nacional se evidenció que la avenida Desaguadero, la plaza Coronel Francisco de Bolognesi, la calle Litoral, Junín y otras en el Perú acogen a comerciantes que ofrecen desde ocho hasta 30 garrafas bolivianas caracterizadas por el color amarillo en un 90% mientras que el restante de color azul, morado y celeste son de origen extranjero.

Para francisca H., la venta de GLP peruano no le resulta de mucha ganancia, por el valor de la misma que es determinado desde la capital, el cual es destinado a las poblaciones rurales de Puno, Llica, entre otras, por lo que adquieren el GLP boliviano que llegan vía “Playa Azul” (localidad en la que por botes desde el lado boliviano se traslada el contrabando) en horas de la noche y por debajo de las aguas, siendo los cómplices del contrabando los únicos testigos.

“Cuando hay fiesta o de noche es cuando recibimos y lo vendemos hasta en 150 soles, dependiendo de la demanda, porque en las áreas rurales son quienes compran más GLP”, indicó la comerciante.

Las garrafas bolivianas incluso pueden llegar a través del puente internacional de control, donde supuestamente funcionarios de Aduana Nacional, de migración y de la propia Policía Boliviana ejercen un control, pero la falta de personal causa a que se queden al interior de sus oficinas sin percatarse la salida de productos de primera necesidad del lado boliviano.

Jacinta C., vecina de la localidad de Desaguadero del lado boliviano, confirmó que la ausencia de control en uno de los sectores de constante salida de productos nacionales se da desde el 2010 cuando se dio a conocer que en Playa Azul no se permite la presencia de autoridades nacionales y donde sólo la Gendarmería Municipal de Desaguadero recaba dos soles o su equivalente en bolivianos por el pago de cada “tricicarga”, embarcación que traslada contrabando.

“Antes la actividad de contrabando eran dos días martes y viernes, pero ahora quienes vivimos por inmediaciones de esta población vemos con pena como todos los días se van nuestros productos al lado peruano y si uno no se dedica al contrabando y quiere reclamar por esta actividad ilícita es como si quisiera ser linchado porque no podemos hablar, denunciar, nadie hace nada. Incluso cuando era su aniversario y han venido las autoridades como el propio Presidente de Estado, en Desaguadero la fiesta ha durado una semana y ninguna autoridad del actual Gobierno tiene voluntad por impedir la salida de nuestros productos vía contrabando”, expresó.

 
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