OPINIÓN

No le echemos la culpa a la lluvia


Posiblemente, dentro de los próximos días, estaremos siendo testigos de un movimiento que como siempre alborota a la prensa deportiva de todo el país, como se suspende la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, toda la atención se concentra en lo que hacen y no, los convocados por Gustavo Quinteros.

El movimiento habitual sufre drásticos cambios, que luego de la parsimonia, o mejor dicho, de la condenada rutina que se vive en la cobertura de noticias deportivas, siempre es un refresco para enfocar las lentes de las cámaras hacia otro lado.

Una selección boliviana que continúa gastando de a poco el crédito que le queda, ha sabido dosificar y aumentar algunos quintos con un par de buenas presentaciones, específicamente contra Argentina, que les permitió estar un poco mas holgados en cuanto a las expectativas cernidas en estas eliminatorias.

A pesar de que la mitad de año se ve todavía muy lejos en el horizonte, no hay que manejar los tiempos en lo estrictamente cronológico, los tiempos en el fútbol y mucho más, en el de selecciones, es bastante caprichoso. Es muy simple, tres meses de trabajo para la gente con tareas tradicionales como nosotros son 20 días al mes, mientras que para un seleccionado, este margen de tiempo se reduce drásticamente a pocos días antes de las competiciones. De ahí en mas, uno tiene que tratar de comprender como un cuerpo técnico esta obligado a aprovechar lo poco que tiene en todo sentido.

Las visiones son diferentes, las ópticas son distintas, uno escucha generalmente que, ¡como con tanto tiempo por delante no se puede aprovechar para marcar los conceptos futbolísticos en un grupo que es mas que reducido! Por eso también ,Gustavo Quinteros, en más de una oportunidad, sostuvo públicamente que el tiempo es corto y que no alcanza para trabajar como se debiera; y desde el cristal por donde le presentamos estas ideas ,tiene razón, o por lo menos, no está alejado de una realidad, que en la mayoría de los casos nos pasa por arriba.

Desde un punto de vista logístico, me da la impresión que la pelaron feo con este micro ciclo, si bien estaba planificado, no veo el por qué se tuvo que llevar adelante, cualquier planificación está sujeta a ajustes y nadie se hubiera jalado de los cabellos si se la suspendía. Los argumentos inclusive se caen de maduros, en esta época siempre llueve y no cambiará la situación por la presencia de los concentrados en la ciudad. Cuando llueve, todas las canchas de césped se cuidan y ninguna se habilita para que no queden destruidas, Hernando Siles, Club Tenis La Paz, Los Sargentos, Villa del Sol, la que usted quiera.

La Federación Boliviana de Fútbol se queja de la economía de guerra que tiene que implementar desde hace bastante tiempo y recalca permanentemente que las arcas están vacías, con esta realidad, la lógica me indica que tengo que cuidar al máximo mi dinero. Mi viejito, don Celso Berdeja siempre me decía “Hay que cuidar los centavos, por que los pesos se cuidan solos”.

Sin la presencia de los muchachos de Strongest, Bolívar, Real Potosí , en esta época del año, gastar en pasajes aéreos, hoteles de primera, para practicar en una cancha de fútbol de salón, no me parece, en realidad no tiene sentido, ningún jugador podrá demostrar lo que quiere y ningún director técnico podrá evaluar su rendimiento. Una lástima, pero el balance del trabajo de estos cinco días no quedará en verde.

TURCO BERDEJA

 
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