Marcelo Urquidi Moore
PARTE II
Actualmente gracias a algunos estudios geológicos y sobre todo al análisis de los testigos obtenidos en la perforación de pozos en el país, se ha podido establecer columnas estratigráficas que nos facilitan determinar el espesor y la composición de las formaciones geológicas existentes. Es así que se llega a la conclusión de que el contenido en petróleo y gas existente en esquistos bituminosos de la formación “Los Monos”, en un área extensa que comprende parte de los departamentos de Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca principalmente, es muy importante, y la otra posibilidad aparentemente de menor volumen físico está en la formación Kirusillas, que se encuentra extendida sobre todo en el Altiplano. En las muestras testigo existentes en el Centro de Información Hidrocarburífera de YPFB se puede apreciar a simple vista un alto contenido de kerógeno, cuyo porcentaje promedio por área habría que determinarlo experimentalmente.
Para salir del cuello de botella que nos amenaza, YPFB debería licitar el estudio de ambas formaciones entre empresas de sólida y fiable reputación internacional, para tener una idea bastante exacta del potencial de las mismas. Sobre esta base cierta, debería efectuar una invitación abierta a empresas petroleras con experiencia en esta especialidad que tengan interés en trabajar en Bolivia.
Para que estas empresas vengan se debe previamente aprobar bases legales claras (nueva Ley de Hidrocarburos), y cumplir con una escala de pago de precios base superior a la actual, puesto que para la explotación de este tipo de yacimientos se requiere perforar mayor cantidad de metros, así como utilizar equipos adicionales, como ser de fracturamiento, bombeo, transporte, etc., adecuados para cada caso. Además se requiere un uso bastante intensivo de mano de obra, aspecto este último que creo nos favorece.
Finalmente, para terminar, vale la pena considerar la situación actual de los hidrocarburos líquidos. Aproximadamente importamos un 50% del consumo nacional. Los exportadores extranjeros de combustibles parten del costo internacional del barril de petróleo, digamos 100 $us./bbl., a lo cual hay que agregar el costo de refinación, transporte por barco a puerto y el flete por traslado en vagones cisternas a los centros de distribución, supongamos un costo total de 130 $us. por barril de refinado importado.
Si se ofrece a las empresas petroleras nacionales, extranjeras o mixtas un precio que las incentive, digamos el doble del precio que se paga actualmente (27 $us./bbl) es decir unos 55 $us./bbl, a lo que agregamos el costo de transporte por oleoducto y refinación, digamos 15 $us./bbl., tendríamos un barril de hidrocarburos líquidos refinados a digamos a unos 70 $us./bbl.
Es de hacer notar que el transporte por oleoducto es mucho más barato que el transporte por tren o carretera y que en Bolivia tenemos una red de oleoductos bastante desarrollada. Entonces económicamente le conviene al Gobierno incrementar el pago por petróleo extraído de campos nuevos (para los campos antiguos se puede seguir manteniendo el precio, puesto que son campos ya amortizados) que importar a un mayor costo. Eso para cualquiera está clarísimo, en este supuesto caso se ahorraría 60 $us./bbl de hidrocarburos refinados, es decir que se reduciría la enorme cantidad de dólares que pierde el país por subvención a los carburantes. Espero que en YPFB analicen esta posibilidad.
El Ing. Urquidi es ex directivo de YPFB.
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